Abastecimiento en la cuarentena: por el miedo al contagio y menos ventas, cerraron 200 súper chinos en todo el país

Abastecimiento en la cuarentena: por el miedo al contagio y menos ventas, cerraron 200 súper chinos en todo el país

En la cámara que los nuclea afirman que bajó mucho el movimiento. Los grandes supermercados se mantienen abiertos, aunque reconocen que disminuyeron las ventas por el aislamiento.

 

La llamada llegó desde Monte Quemado. Al norte de Santiago del Estero, en el límite con Formosa. “Vamos a cerrar”. El mensaje se replica en Buenos Aires, con llamados desde Belgrano, Barrio Norte, Recoleta. El patrón no tiene que ver con clases sociales ni con características del barrio. El asunto es otro: entre el miedo al contagio de coronavirus​ y la poca cantidad de gente que va a comprar, más de 200 supermercados chinos de todo el país decidieron cerrar sus puertas.

“El problema nuestro no es de abastecimiento –advierte Yolanda Durán, titular de la cámara que nuclea a los supermercadistas chinos-. El problema es que los empleados tienen miedo de contagiarse. Además, cada vez hay menos movimiento. La gente que tiene plata va a los supermercados grandes y compra en cantidad. En cambio, el que tiene poco dinero y antes iba dos o tres veces por día al chino de la vuelta de su casa para comprar uno o dos productos básicos, ahora no lo hace. Estos días bajó mucho el movimiento. Y ahí se da otro problema: muchos empleados también temen por los robos”.

Durante la última semana, la curva fue similar en todos los comercios: los días previos e inmediatamente posteriores al anuncio del aislamiento obligatorio, el consumidor se lanzó al mercado para abastecerse. Pero ahora ese impulso bajó notablemente.

“Es lógico que estemos vendiendo menos”, admiten en la cadena Coto. “Los primeros días venía la gente y llenaba dos, tres changuitos. Este fin de semana sabíamos que iba a ser más complejo. Además del aislamiento estamos a fin de mes y la gente tiene menos plata”.

Las cadenas grandes tienen, a diferencia de los supermercados chinos, más potencial para adaptarse a la crisis. En Coto, por ejemplo, creció al triple la venta online. Sumaron empleados y camionetas para cumplir con los envíos. “Si tenés que comprar una leche vas al almacén que tenés cerca, pero si tenés que comprar 10 leches vas al supermercado grande ,porque sabes que en la góndola las vas a encontrar”, agregan.

Desde la Asociación Supermercados Unidos aseguraron a Clarín que el abastecimiento sigue garantizado. Y que no surgen grandes inconvenientes con el traslado de la mercadería pese a que varios municipios, especialmente del Conurbano, bloquearon accesos. “Hay controles estrictos y eso hace que los productos puedan llegar un poco más tarde, pero la mercadería está y llega”.

Los más golpeados son los supermercados chinos donde bajó notablemente la rotación de los productos. Por un lado hay mercaderías que se acumulan en las góndolas. Y por el otro se reiteran faltantes de yogures, leches y harinas. "Nos entregan la mitad de lo habitual y enseguida nos quedamos sin stock”, advierten en la cámara que nuclea a estos comercios. En este contexto, alertan que, por ejemplo, el azúcar “dio un salto de precio estrepitoso” y que cuesta un 30% más que hace un mes, pese a las restricciones impuestas por el Gobierno. 

“Cerraron supermercados chinos en Almagro, Liniers, La Boca, Barrio Norte, Recoleta, Caballito, Lomas de Zamora. También de Mendoza, Santiago del Estero. ¿Y yo qué le puedo decir a los empleados si me dicen que tienen miedo de contagiarse o que ya no pueden trabajar porque tienen que cuidar a sus hijos?”, se pregunta Yolanda Durán, que recibe a diario quejas de los consumidores que llegan hasta la puerta y ven que el comercio está cerrado.

La escena se empieza a notar en los barrios. Cuando el problema parecía apuntar a la oferta, en los comercios más chicos se evidencia en la poca demanda. “Perdemos mucho dinero al cerrar porque las góndolas quedan llenas –resaltan-. Pero si la gente no tiene plata para ir a comprar y cada vez sale menos de su casa, hay veces que no queda otra”.

Comentá la nota