Abel Frutos celebró el pasado 7 de marzo los 23 años en la conducción de la Federación de Panaderos, habiendo asumido el cargo en 1997, año en el cual el sindicato estuvo a punto de perder la personería gremial. “Se habían llevado hasta los ventiladores, no había luz”, recordaba un Frutos joven en un institucional que prepararon para la ocasión.

Frutos es secretario general de Fauppa desde el 7 de marzo de 1997 y entre uno de los logros que destaca el dirigente es haber saldado la deuda económica que existía en ese momento, la cual casi provoca la quiebra del sindicato y ponía en riesgo el patrimonio de la obra social, según una voz cuenta en el audiovisual publicado por las redes sociales de la Federación.

“Yo lo hago por pasión, el día que no sienta esto, me iría para mi casa”, se lo escucha a un nostálgico Frutos al momento de repasar el camino recorrido. Desde 1985 hasta 1997, ninguna de las conducciones de Panaderos logró terminar su mandato. Los pasivos del sindicato superaban los 15 millones de pesos. Allí se encarnó una moratoria que terminó de pagar en 2019. “Vinieron intervenciones que pretendían hacernos un vacío a los jóvenes que veníamos, yo fui el único rebelde de mi delegación que me quedé”, recuerda. Frutos es de la filial Avellaneda, seccional de la cual es hoy secretario general y distrito del cual llegó a ser Concejal.

Hoy nuestra conducción cumple 23 años al frente de nuestra organización sindical. Gracias a todos los que han hecho esto posible.https://t.co/fzYy6St3so

— Abel Frutos (@Abel_Frutos_) March 7, 2020

“Apenas asumí pegue un vuelco tremendo, no había nada, se habían llevado los ventiladores, muebles, no había ni luz”, se lamenta el hoy secretario de Finanzas de la CGT.

“Mi carrera tiene un costo alto, pero uno tiene que elegir en la vida, y yo elegí lo que hago“

El panadero recuerda a su equipo de trabajo, quienes comenzaron la epopeya sindical a finales de los 90 para la reconstrucción, como Rubens Castro, Miguel Ángel Rodríguez, Valentín Duran, Daniel Maldonado, Aníbal Altamirano, entre otros.

Luego de saldar las cuentas y ordenar los papeles en la contabilidad de Fauppa, Frutos comenzó el otro crecimiento, el gremial y social. Posibilitó la normalización de filiales como Pergamino (donde también firmó un convenio con el club Douglas Haig), Bahía Blanca, Rojas, La Pampa, Salta, Río Cuatro, Bragado, entre algunas. Se encuentra actualmente en construcción un camping en la localidad de Pilar que consta de 7 hectáreas y recuperó una casa en Tandil, la cual será inaugurada el 13 de marzo, con la presencia de la conducción nacional. Reformó sus hoteles en Tanti, provincia de Córdoba y Mar de Ajó y habilitó uno en Mar del Plata. También, implementó las Escuelas de Oficio que se dictan en la filial Lomas de Zamora.

Finalmente y con una visible emoción, Abel Frutos admite: “Cuando pierda la pasión que tenga, será que terminó mi ciclo; mi carrera tiene un costo alto, pero uno tiene que elegir en la vida, y yo elegí lo que hago”.