Un acampe contra los despidos

Un acampe contra los despidos

En reclamo por la reincorporación de más de 200 cesanteados, los trabajadores se instalarán mañana frente a la puerta del Instituto Nacional de Tecnología Industrial y el viernes, último día de la protesta, llevarán sus reclamos hasta un ministerio.

Los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) preparan una nueva semana de acampe en reclamo por la reincorporación de los despedidos. Anunciaron que mañana van a instalarse en la puerta del organismo y antes del viernes podrían trasladar la protesta durante 24 horas a un ministerio, posiblemente el de Modernización o el de Producción. “Llevamos 110 días de conflicto y vamos a continuar con las medidas porque no hay una mesa de diálogo en la que podamos resolverlo”, señaló Francisco Dolmann, delegado de ATE.

El viernes, técnicos y profesionales del instituto impidieron, por tercera vez, que la dirección del INTI presentara un plan de reestructuración del organismo. Los trabajadores hicieron una volanteada en los accesos a Parque Norte, donde iba a realizarse el acto luego de dos intentos frustrados –uno en el Ministerio de Economía y otro en la sede el propio INTI–. Según denunció ATE, cuando llegó al lugar el vicepresidente del instituto, Damián Testori, se mostró muy nervioso con la volanteada, al punto que le tiró encima el auto a Dolmann. “Estuvo muy agresivo. Caí sobre el capot, después al piso; fue una situación muy tensa”, describió el dirigente. En este clima, un grupo de manifestantes logró entrar al salón con cantos contra los despidos. Finalmente, la presentación fue suspendida.

De los 258 técnicos y profesionales cesanteados en el mes de enero, hasta ahora consiguieron ser reincorporados unos treinta. Se trata de delegados y trabajadores con discapacidad o con enfermedades graves que la Justicia ordenó reponer en sus lugares de trabajo.

“Es ilógico que, mientras está sin resolverse la situación de más de 200 despedidos, el INTI pretenda avanzar con una reestructuración. Nosotros no decimos que el organigrama es perfecto, pero queremos discutir, como trabajadores, esa nueva estructura. Sabemos que lo que quieren es crear una capa de gerencias y subgerencias por arriba, con nuevos cargos de altísimos sueldos, y fusionar por debajo una serie de departamentos, con lo que se eliminarían, por ejemplo, laboratorios”, señaló el consultado. “Todos los despedidos son técnicos y profesionales a los que dejaron sin trabajo sin ningún motivo”. 

Giselle Santana, de la Junta Interna de ATE-INTI, agregó que mañana, en el comienzo del nuevo acampe, harán una asamblea “en la que se van a definir las medidas de la semana” y que podrían concluir en una movilización el viernes que se sume a la anunciada por organizaciones gremiales y políticas, al Obelisco, en rechazo al regreso del país al Fondo Monetario Internacional (FMI). “La idea es seguir visibilizando que el conflicto en el INTI continúa y ver si en algún momento nos convocan a una mesa de diálogo para resolver la situación.”

El INTI es un ente autárquico que está bajo la órbita del Ministerio de Producción, con la misión de acompañar e impulsar el desarrollo industrial mediante la innovación y la transferencia de tecnologías. Los gremios vienen denunciando que en el último año, las nuevas autoridades del organismo hicieron ingresar a unas doscientas personas como monotributistas, precarizando el empleo y desmintiendo, a la vez, que la intención fuera realmente achicar los gastos. En cambio, ven como patrón el objetivo de desarmar instancias de control sobre las grandes empresas. 

El director del INTI, Javier Ibáñez, ha acumulado en su gestión denuncias sobre contratos millonarios con empresas privadas y licitaciones sospechosas. Por ejemplo, pese a que el INTI tiene un equipo de comunicación, contrataron por tres millones de pesos a la empresa Gowland Publicidad S.A. para hacer cinco videos. Se gastaron tres millones de pesos en colocar señales viales nocturnas en un camino peatonal que se usa solo de día. Ibáñez también creó una empresa privada junto con el empresario Eduardo Eurnekian para vender desarrollos tecnológicos; por esta vía, el empresario accedió a una licencia exclusiva para comercializar por 20 años los desarrollos estatales de micro y nanoelectrónica.

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