Advierten que el mundo no está preparado para una pandemia y que un nuevo brote podría matar a 50 millones de personas

Advierten que el mundo no está preparado para una pandemia y que un nuevo brote podría matar a 50 millones de personas

Según una “Junta de vigilancia” que depende de la OMS y el Banco Mundial, ni la pandemia de gripe A, hace diez años, ni el reciente brote de ébola lograron que los países tomaran medidas adecuadas frente a otra crisis sanitaria mundial.

 

“Si es cierto el dicho de que ‘el pasado es el prólogo del futuro’, nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante”. No son las palabras de un predicador apocalíptico sino la durísima advertencia que encolumnará el primer reporte del Global Preparedness Monitoring Board (GPMB), organismo creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), cuyo informe inicial -del que Clarín obtuvo un adelanto- será presentado este 22 de septiembre. Para evitar el pronóstico que esgrimen, tal vez convenga spoilear, sin anestesia, las conclusiones del informe: aseguran que si hoy azotara al mundo una pandemia como la de gripe de 1918 (una de las mayores de la historia), podría terminar con la vida de 50 a 80 millones de personas, y liquidar casi el 5% de la economía mundial.

El informe –elaborado por una "junta de vigilancia", integrada por 15 miembros, entre dirigentes políticos, jefes de organismos internacionales y expertos de la salud- se basa en la experiencia de la pandemia de la gripe A en 2009 y los efectos del brote de ébola, entre 2014 y 2016. Dicen que, tras esos episodios, “muchas de las recomendaciones examinadas se aplicaron de forma deficiente o no se aplicaron en absoluto, por lo que persisten deficiencias graves”. Y, en un comentario digno "de diván", agregan: "Prodigamos esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente cuando la amenaza remite".

 

Para dimensionar la alerta de esta Junta, las pérdidas monetarias mundiales llegarían a los US$ 3.000 millones, cifra que, igualmente, pierde relevancia frente al abultado número de víctimas fatales, que, según este reporte, generaría una oleada viral en un mundo desprevenido como el actual. Los muertos, dicen, podrían superar el total de habitantes de la Argentina.

Según los expertos, las pandemias suelen ocurrir cada varias décadas, cifra que oscila entre 10 y 40 años.

El porqué de un escenario tan negativo se resume en unos pocos ítems "amplificadores del riesgo de contagio" de cualquier brote. A saber, "el crecimiento demográfico y las consiguientes tensiones sobre el medio ambiente, el cambio climático, la densa urbanización, los incrementos exponenciales de los viajes internacionales y la migración, ya sea forzada o voluntaria”. Esto sin contar que de por sí “los brotes afectan más intensamente a las comunidades con menos recursos, dada su falta de acceso a los servicios de salud básicos, agua limpia y saneamiento; ello agravará la propagación de cualquier patógeno infeccioso”.

Justo a una década de la pandemia de gripe A, que aterrizó con especial fuerza en esta parte del globo (con más de 10.000 contagios y 626 muertes oficialmente confirmadas), cabe preguntarse en qué situación se encuentra la Argentina para enfrentar una oleada viral intensa, escenario que no conviene minimizar porque, como explicó Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del CEMIC y miembro de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn), “las pandemias se dan con una frecuencia de entre 10 y 40 años. A 10 años de la pandemia anterior, es dable esperar una nueva, aunque no se puede precisar cuándo podría ocurrir”.

Pesimismo productivo

“Hay que aclarar que es un escenario extremo, o sea, de máxima", explicó Bonvehí sobre las cifras de la OMS-BM, y dijo: "Ellos se preguntan qué pasaría frente a una cepa totalmente nueva que afectara a gran parte de la población, sobre todo en países poco desarrollados, y el resultado es ése...”

Para enfrentar una nueva pandemia gripal, la expectativa está puesta vacunas tecnológicamente más avanzadas, cuya elaboración es más rápida que las tradicionales.

Según el médico, lo importante es centrarse en los tres pilares que permitirían estar "mejor armados" ante una potencial crisis sanitaria: "Hacer ejercicios de preparación de pandemias, invertir y hacer una gestión adecuada de los recursos”. Precisamente, el documento que difundirá la OMS-BM se centrará en siete recomendaciones “urgentes” destinadas a la dirigencia política.

Esos consejos podrían resumirse en un explícito pedido a los jefes de gobierno, organizaciones intergubernamentales y regionales (G7, G20, G77…) a invertir e impulsar estrategias para aumentar el financiamiento en pos de estar "preparados para lo peor". Además, "dar el ejemplo" a la hora de cumplir los compromisos políticos y financieros adquiridos para sostener los planes de prevención.

También señalan la necesidad de designar autoridades nacionales vinculadas a este tema e interpelan directamente a los organismos de financiamiento externo: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. "Deben vincular la preparación con la planificación de los riesgos económicos", especifican.

Quizás la recomendación más importante sea la cuarta, que apunta al desarrollo científico y tecnológico: “Los donantes y las instituciones multilaterales deben garantizar inversiones suficientes para el desarrollo de vacunas y tratamientos innovadores…”

Según Bonvehí, Argentina tiene a favor que “la vacunación gripal tiene más de 20 años en el país, lo que hace que, si se desarrollara una vacuna contra cierta pandemia, el ejercicio de vacunarse está”. El tema no es menor, en un año en el que sectores "antivacunas" que suelen arengar en contra del calendario de vacunación obligatorio, tuvieron especial llegada a distintos espacios de comunicación.

Pero el de los tratamientos frente a una pandemia es un tema, admitió Bonvehí: “Uno de los problemas que tenemos con las pandemias es que las vacunas tradicionales, desarrolladas en huevos embrionados, requieren mucho tiempo de elaboración, al menos seis meses. Por eso es importante trabajar en vacunas con tecnología nueva, como las de líneas celulares o las vacunas recombinantes, que acortan los tiempos. Además está el desarrollo de drogas antivirales, un campo en el que se trabaja, pero todavía sin grandes avances”.

¿Faltan recursos en la Argentina? Según el médico, “recursos hay… obviamente no son los mejores en este momento del país, pero existen. El tema es que hay otras prioridades ahora: sarampión, erradicación de polio... es importante gestionar los recursos adecuadamente, fortalecer las áreas de vigilancia y llevar adelante ejercicios de preparación de pandemias, lo que requiere más inversión, mejoras y mucho trabajo”.

Por último, recordó: “Cuando hay brotes, los más afectados son los pacientes de riesgo, niños, ancianos y embarazadas. Pero también se contagian los adultos jóvenes sin enfermedades de base. Todos los que puedan deberían vacunarse".

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