AFIP clausuró otra planta clandestina en Mar del Plata

Secuestró pescado sin documentación. Ubicada en Irala 3361, bajo el nombre “El Delfín SA”, detectaron 11 obreros sin registrar. Ninguno reclamó la registración en el SOIP.
Inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) volvieron a transitar las calles del puerto de Mar del Plata y realizaron la segunda clausura de una planta de procesamiento de materia prima de origen marino en menos de diez días.

En el marco de las acciones de control que desarrollan sobre “el transporte, procesamiento y la comercialización de recursos marítimos”, según difundió la propia AFIP en un comunicado al que accedió este medio, se realizó una inspección en la planta industrial ubicada en Irala 3361, denominada “El Delfín SA”.

En el lugar se encontraron 127 cajones de madera de 20 kilos cada uno que contenían abadejo y pollo de mar con destino de exportación. La materia prima se hallaba sin documentación respaldatoria que avalara su legal tenencia.

Los inspectores, que estuvieron acompañados por personal del Departamento Pesca de la Municipalidad y efectivos de la Policía de Prevención Ecológica, labraron actas de infracción por violación a lo establecido en la Ley 11683 y procedieron al posterior secuestro de dicha mercadería.

Durante el operativo se relevó al personal que se encontraba trabajando en el lugar, detectándose a 11 operarios en situación irregular.

“El procedimiento de verificación culminó pasado el mediodía con la clausura del establecimiento por parte de personal de la municipalidad, ya que el mismo no contaba con la debida habilitación Municipal ni cumplía con la normativa vigente en materia de seguridad e higiene”, detalló la AFIP.

El mes pasado los inspectores federales habían clausurado una planta procesadora ubicada en Solís 3251, donde secuestraron 300 cajones de merluza y descubrieron a 40 operarios sin registrar.

Llamativamente, ni en aquel caso ni ahora, los obreros que quedaron en la calle concurrieron a reclamar por la registración laboral a la sede del SOIP. Hay dos alternativas para explicar el comportamiento de los obreros. O las cooperativas para quienes trabajaban los relocalizaron en otras plantas clandestinas o violan la faja de clausura y siguen trabajando en el mismo sitio, con el amparo de algunos eslabones de la cadena de control.

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