Se trata del 90% de los agentes que hasta hace unas semanas tenían poder de pedir la ayuda de la fuerza pública para hacer su tarea y contaban con la "base fisco", o sea la enorme información de la base de datos de la AFIP, para perseguir la economía informal. Hoy están realizando tareas administrativas en las Agencias de la DGI; o sea, "poniendo sellos", según afirmó Julio Estévez (h), secretario general de la Unión del Personal Superior de la AFIP.

 

 

Los cambios están contemplados en la Resolución 21-E/2018, publicada ayer en el Boletín Oficial, que establece "que el proceso de transferencia deberá concluir antes del 27 de abril de 2018".

 

 

En la AFIP resaltan que no se abandona ninguna de las funciones que tenían las direcciones que elimina la disposición y hablan de una "cuestión de forma" que apunta a "profundizar y agilizar las tareas de fiscalización pasándolas a las áreas operativas". Destacan además que la DGI suma gente que dejan áreas disueltas y que el traspaso del control de Monotributo pasa a Servicios al Contribuyente, lo que implica una simplificación para los ciudadanos.

 

 

Por otro lado, se agregan a las tareas de la DGI cuestiones de fiscalización de los recursos de la seguridad social.

 

 

Estévez aseguró que para perseguir el trabajo en negro, lo que se creó dentro de la DGI, fueron 10 divisiones de fiscalización con dos o tres supervisores cada una, que a su vez tienen cuatro o cinco empleados a su cargo, cuando la Dirección General de la Seguridad Social tenía 2000 agentes especializados.

 

 

La medida tiene como marco un acuerdo entre la AFIP y el BID por u$s 110 millones, para un Programa de Mejora de la Capacidad de Gestión que se pondrá en práctica desde mediados de año.