Sin embargo, los problemas podrían acrecentarse para un Gobierno que, desde la salida de Federico Sturzenegger, evitó ponerle números exactos a la inflación total de este año. En el último Día de los Inocentes, el ex presidente del Central, junto a Dujovne, Peña y Caputo, habían corrido la meta a 15%.

Es que la nueva corrida cambiaria volvió a alterar las mediciones que realizó el FMI en su última valoración sobre Argentina. El 32% que habían calculado en los pergaminos del primer tramo del acuerdo ya fueron sepultados.

 

Estudios privados estimaron que la inflación de septiembre se ubicará en torno a un 6%, lo cual, además de erosionar el poder adquisitivo de los pesificados, complicaría el nuevo desembolso de los fondos.

Tras la última reunión con Nicolás Dujovne y su equipo, Christine Lagarde puso en duda el adelanto de los dólares correspondientes para 2020 y 2021, incluso aunque Argentina consiga aprobar el Presupuesto 2019 o alcance el equilibrio fiscal.

 

Con la inflación descontrolada, Luis Caputo interviniendo constantemente desde el Banco Central para controlar al dólar y un equilibrio fiscal que parece una utopía, el Gobierno padece una realidad que se vuelve cada vez más gris.

Por ahora, en Casa Rosada rezan para que el campo tenga una buena cosecha y Vaca Muerta siga atrayendo inversores. También, por supuesto, para que Trump y China no recrudezcan una guerra comercial que nos dejaría al borde del knock out.