Cumplidos ayer 40 días corridos de vigencia del conflicto entre la Municipalidad de Córdoba y el Suoem (gremio de municipales) por la creación del Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop) que ideó el intendente Ramón Mestre, la disputa entraría ahora en un ámbito más racional, de diálogo, a través de una conciliación en el Ministerio de Trabajo provincial.

Esa intervención de la autoridad laboral fue solicitada ayer al mediodía por Mestre, tras evaluar que ya se agotaron otras vías de contacto.

El gremio anticipó que recién mañana al mediodía se reunirá el cuerpo de delegados a analizar tal posibilidad. Mientras, ratificó que hoy y mañana continuará con su esquema de asambleas en todas las reparticiones.

El ministro de Trabajo, Omar Sereno, eligió ganar tiempo y ayer mismo llamó a las 19.30 a una primera reunión informativa, a la cual asistieron el secretario de Gobierno, Javier Bee Sellares, y Rubén Daniele, por el municipio y el Suoem, respectivamente.

Según trascendió luego del encuentro, Sereno escuchó por separado a los dos interlocutores y resolvió abocarse de lleno al conflicto. Para eso, convocó a una nueva audiencia para mañana a las 16, a los fines de empezar a trabajar los puntos en discordia.

Por el lado del municipio, el equipo de negociadores ya está definido: además de Bee Sellares, que ha sido hasta ahora el interlocutor de Mestre con el Suoem, estarán el recién asumido Secretario General, Daniel Arzani; y el asesor Letrado, Marcelo Rodríguez Aranciva.

Atípica

De consumarse, la conciliación tendría ribetes muy particulares, dado que en esencia el conflicto no surgió por cuestiones estrictamente laborales.

Lo que hubo inicialmente fue una objeción conceptual y política del Suoem al Esop, al considerar que ese organismo puede quitarles funciones a los municipales. Y a partir de allí sí, la derivación más de orden gremial, por el posterior intento de Mestre de regular las asambleas informativas y por la aplicación de descuentos por horas no trabajadas.

Al respecto, ayer el propio intendente dio cuenta de una segunda poda por casi 12 millones de pesos, que se concretó al liquidarles a los empleados los ítems refrigerio y aguinaldo del refrigerio, que suponen casi un 15 por ciento del salario.

Este descuento se suma a otro similar por unos ocho millones de pesos, concretado con el cierre de planillas efectuado el pasado 24 de noviembre, para la liquidación del día 4 de diciembre.

Vale decir que, en total, los 40 días de protesta les habrían costado hasta ahora unos 20 millones de pesos a los municipales.

“No vamos a dar marcha atrás con esta decisión. El que no trabaja, no cobra”, reiteró el intendente, tratando de sustraer ese elemento a un posible toma y daca en la negociación en Trabajo.

Mientras todo esto sucede en terreno político, administrativo y legal, la ciudad “real” y sus vecinos siguen rehenes de las esquirlas del conflicto.

La parálisis a la que el Suoem ha sometido a toda la estructura municipales se verifica en diversos ámbitos.

Es el caso del mantenimiento general (bacheo, alumbrado, cloacas, corte de yuyos), además de trámites corrientes, como obtener un DNI o renovar una licencia de conducir.

Ni hablar de los controles de tránsito y de vía pública en general. La peatonal se convirtió en un mercado persa.