La inquietud de los jefes comunales se da tras un primer semestre en el cual muchos experimentaron los efectos políticos de la mala situación económica.

Le hicieron llegar su reclamo al presidente de la cámara de Diputados, Manuel Mosca, que recorre desde hace una semana distritos del interior con el objetivo de contener a los propios, comenzar a diseñar el dispositivo electoral del año que viene y tender puentes políticos con peronistas excluidos de los armados que se perfilan en esa fuerza.

Los aumentos de tarifas, por caso, dieron pie a que varios consejos deliberantes de ciudades gobernadas por el oficialismo declararan emergencias al compás de iniciativas opositoras.

Cortes de cintas electorales

Esa situación, sumada al recorte de fondos para obras nuevas que ya dispuso Vidal para financiar la baja en las facturas de electricidad y gas –casi un tercio de los presupuestado para este año con fondos propios, unos $ 3 mil millones- hace que los alcaldes enfoquen el futuro inmediato con preocupación. 

Además, a eso se suma la perspectiva de un recorte mayor, producto del traspaso a la provincia de las condiciones que emergen del acuerdo con el FMI, algo que por estas horas se discute en la cumbre del poder de Cambiemos pero sobre lo que aún no hay certezas.

Por eso, varios alcaldes están haciendo saber al Ejecutivo su interés en reeditar el llamado Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), que se incluyó en los presupuestos 2016 y 2017 y luego se discontinuó. Ese mecanismo les permitía decidir qué obra se hacía en cada distrito, aunque los trabajos de mayor envergadura estuvieron siempre a cargo de Provincia o Nación.

Según los datos actualizados a los que accedió DIB, por esa vía se ya se finalizó el 81 % de las 661 obras proyectadas para 2016 y el 50 % de las 521 proyectadas para el año pasado.

El planteo de los intendentes –también los de la oposición- es que ese mecanismo se reedite antes de fin de año, de modo que quede asegurado el financiamiento para esos trabajos lo antes posible.

La intención es evitar discontinuidad en el ritmo de avance y asegurarse elegir ellos mismos dónde van a parar las inversiones que permiten cortes de cintas en el año electoral.