Aliados de la UCR reconocen que no están felices

Aliados de la UCR reconocen que no están felices

Fue el mismísimo Pedro Braillard el que reconoció lo que dentro de ECO resuena. El cierre de listas dejó demasiados heridos. Los daños colaterales aún no se calcularon. El tándem G-G recorre el territorio separado. Valdés aprovecha obras y anuncios del Gobierno por el Interior. Los postulantes legislativos también marchan diseminados.

Fue el senador nacional, Pedro Braillard Poccard quien reveló una realidad que los radicales intentaron aplacar, primero, desde la nominación del candidato a Gobernador; luego, desde el cierre de listas para octubre. La disconformidad de los aliados se escurrió de entre los dedos de los alfiles de Ricardo Colombi.

Uno de ellos, el "Mono" Vignolo, demasiado ocupado con su nuevo rol en Nación (ver página 2) y otro, como el Checho Flinta sobrepasado ante la andanada de reclamos que este 2017 superó la media soportada desde 2001 a la fecha.

"Creo que todos tenemos más aspiraciones, pero en una mesa donde los invitados somos muchos la distribución tiene que hacerse. Seguramente no todos estamos conformes y sabemos que tenemos que resignar posiciones", graficó Pedro con total diplomacia.

De esta manera, el líder del Partido Popular, cofundador de Encuentro por Corrientes, reconoció: "No estamos felices con lo alcanzado, y seríamos cínicos si dijera que sí lo estamos".

Braillard Poccard acopló a su sinceridad una cuota de camaradería y sesgo, remarcando que desde su espacio siempre acataron las decisiones de la mesa chica radical, demostrando fidelidad ante el proyecto. "Ya demostramos lo que somos, y si hay enojos son cosas nuestras", aseveró, como queriendo sacudirse de cualquier conjetura que pudiera conllevar su posición.

Más allá de la tesitura inquebrantable que supo sostener el dirigente del Partido Popular, con una labor encomiable en el Senado de la Nación, lo cierto es que sus declaraciones fueron adscritas a quejas subrepticias de otros socios de la Unión Cívica Radical que se quedaron (por enésima vez en algunos casos) sin el pan y sin la torta.

Es más, definiciones como las dadas por Pedro ayer, en cuanto a si tendrán su "revancha" en poltronas que surjan en la posible gestión de Valdés, dejan a otros aliados en un limbo de aspiraciones. "Se habló, pero no se dijo nada concretamente. Está todo dado para ganar, pero hay que ganar primero y luego trabajar en la distribución de responsabilidades", expresó.

La sinceridad del ex Ministro de Seguridad ricardista -una marca registrada- sólo destapó lo que todos presumían y ninguno se animaba a revelar.

Hay broncas internas y posible "trabajo a reglamento". Mientras, los Gustavo (Valdés y Canteros) que conforman el tándem G-G acaparan el territorio con agendas separadas. Lo mismo ocurre con los candidatos a legisladores, todos esparcidos con itinerarios disímiles ¿Estrategia o paliativo para llegar a octubre sin chispazos? Se verá el súper domingo del 8-O.

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