Ampliado Bajo Grande, apuestan a sumar conexiones cloacales

Ampliado Bajo Grande, apuestan a sumar conexiones cloacales

Los candidatos prometen extender las redes domiciliarias luego de que se terminen la nueva planta y las refacciones en la vieja. Rodrigo de Loredo (UCR) estimó el costo de extender las conexiones hasta cerca del 80%: más de siete mil millones de pesos.

Sólo el 56,86 por ciento de la ciudad de Córdoba tiene red cloacal. De las 537.822 parcelas oficiales, 304.295 tienen acceso a la red y otras 233.527 parcelas (43,42 por ciento), no. Con todo lo que falta, la ciudad tiene una red domiciliaria con más de tres mil kilómetros de red fina y más de cuatro mil bocas de registro.

Está previsto que a fin de año finalice la obra de ampliación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande. Esto habilitaría, en teoría, a sumar nuevas conexiones domiciliarias.

Rodrigo de Loredo (UCR) planificó una estrategia de extensión de conexiones por cuadrantes: en el noroeste se prevé darles servicio cloacal a 118 mil habitantes; en el nordeste se apuesta a servir a 85 mil más; en la zona sur dentro de Circunvalación, 96.800 y fuera de Circunvalación, otros 110.200. Con buena información de las áreas técnicas del Ejecutivo, De Loredo calculó el costo que tendría esta inversión, que llevaría la cobertura a cerca del 77 por ciento de la ciudad: 7.477 millones de pesos.

Martín Llaryora (Hacemos por Córdoba) apeló a la sociedad con la Provincia, su caballito de batalla. “En conjunto con la Provincia y en coordinación, vamos a poder incluir más conexiones”, aseguró, a la vez que recordó que la Provincia trabaja en la construcción de cuatro colectoras (Norte, Noroeste, Centro y Sur) y en la ampliación de la estación de Bajo Grande.

“Volveremos con el Plan Integral de Cloacas de nuestro Plan Director, aumentando la cobertura mediante la realización de un plan para redes cloacales domiciliarias, para aquellos barrios que aún no cuentan con el servicio, con un acuerdo con bancos para lograr línea de créditos blandos para cada frentista involucrado. No se realizarán nuevas conexiones domiciliarias hasta que esté garantizada su disposición final. El orden es el siguiente: planta de tratamiento, redes colectoras y redes domiciliarias; si no, las conexiones domiciliarias lo único que logran es el derrame generalizado de líquidos cloacales por las calles de la ciudad”, apuntó Luis Juez (Córdoba Cambia).

Laura Vilches (FIT) planteó que “el plan de obra cloacal será diseñado a partir de convenios con las universidades públicas radicadas en la ciudad y en consulta con los vecinos de los barrios afectados” y definió prioridad para Villa El Libertador y alrededores.

Juan Pablo Quinteros (Encuentro Vecinal) coincide en la prioridad para los vecinos del sur en emergencia ambiental, pero planteó que antes se debe “poner en condiciones y ampliar la Edar y ordenar el convenio urbanístico que prometió construir la Edar de zona sur”. “Sin tener una planta depuradora de aguas residuales en funcionamiento y en condiciones –abundó–, sería una irresponsabilidad habilitar conexiones”. Uno de sus aportes más originales es “revisar las conexiones clandestinas tanto en la extensión de La Cañada como las que pueden estar en zona del río Suquía, sobre todo en zonas norte y sur”.

Abelardo Losano postula que los vecinos financien su conexión a la red con el mecanismo de “contribución por mejoras”. Y que en las zonas con menos recursos se instrumenten subsidios.

Olga Riutort plantea la constitución de un fideicomiso que permita financiar las obras de cloacas, “que se integrará con los fondos obtenidos a través de la sobretasa que se les cobra a los inmuebles y a los baldíos ubicados con frente a colectoras de desagües cloacales, como así también de los obtenidos por la contribución por mejoras que deberán abonar quienes sean beneficiarios del nuevo servicio”.

Maru Acosta (MST) planteó que “a la baja cobertura hay que sumarle la fragilidad del sistema existente; por año, hay más de 10 mil desbordes cloacales en la ciudad” y sugirió que se declare la emergencia ambiental en toda la ciudad y se avance en un plan para la conexión del 100 por ciento a la red.

Andrés Peralta (Unión Ciudadana) planteó que se necesita proyectar un plan integral con varias plantas de tratamiento menores en diferentes puntos de la ciudad para lograr mayor y mejor cobertura.

 

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Contaminación

Para Riutort, la contaminación del Suquía por vertidos cloacales “se soluciona dotando de redes cloacales a toda la ciudad, controlando las conexiones clandestinas, haciendo un mantenimiento constante y efectivo de la red existente, asegurando el correcto funcionamiento de la Planta de Bajo Grande y realizando un convenio con la Provincia para determinar y delimitar las responsabilidades a la hora del saneamiento del río”.

Es un planteo de máxima. Juan Pablo Quinteros empieza por el de mínima: “El río Suquía viene con extrema carga orgánica desde la zona norte. Varios estudios muestran que la zona tiene aportes de emprendimientos y/o casas particulares que deben clausurarse”, advierte.

“Se debe establecer una auditoría ambiental permanente, trabajando con organizaciones ambientalistas, los vecinos de las zonas afectadas y el asesoramiento de la Universidad Nacional de Córdoba. E implementar un plan de remediación del río”, planteó Maru Acosta (MST).

Juez prometió invertir 200 millones de pesos en seis meses para una rápida puesta en marcha: “Se repararán los percoladores primarios y secundarios, los sedimentadores y digestores, para que la planta vuelva a funcionar”. Y calificó el estado de la Edar como una “catástrofe ambiental”. Contestó el cuestionario de La Voz con un plan detallado, que incluiría establecer áreas limitadoras o aliviadoras de riesgo ambiental cercanas a Bajo Grande, empleando sistemas naturales de mitigación, refuerzo de equipos e insumos a los dispensarios de la zona y generación de barreras sanitarias, implementación de un sistema automático de control de contaminación microbiana con la utilización de luz ultravioleta, la asunción del control y mantenimiento de las 28 plantas de los barrios edificados por la Provincia en el ejido capitalino y la puesta en marcha de un sistema robótico en los desagües pluviales para detectar conexiones clandestinas.

Laura Vilches denuncia que “alrededor del 30 por ciento de los residuos líquidos que llegan a Bajo Grande van directo al río Suquía sin tratamiento. En épocas de estiaje, esto representa cerca de la mitad del caudal del río” y agradece a los trabajadores de la Edar: “Si no fuera por ellos, que denuncian desde hace años la situación crítica, y tratan de resolverla, ya hubiéramos colapsado hace rato”. La solución está en resolver el tratamiento en la planta.

De Loredo empezaría por controlar los volcamientos a lo largo de todo el cauce del río, donde no es jurisdicción municipal, con la creación de un comité de cuenca de saneamiento del río Suquía y dentro del ejido urbano, controlando a las industrias y comercios en las conexiones clandestinas y volcamientos al sistema de desagües. “Se llevan a cabo diversas obras en la planta existente (perforación para agua potable, recambio de los brazos percoladores, reparación de digestores, reparación de canales desarenadores, reparación- obra civil de los lechos percoladores, instalación de sistema de extracción de grasas y flotantes, reemplazo en los percoladores primarios de los rellenos de piedra por rellenos de PVC, instalación de dos dosificadores de cloro y reparación de la desecadora de barros). También la ejecución de la ampliación de planta de Bajo Grande por parte de la Provincia, duplicando la capacidad de tratamiento, cuyo plazo de finalización, junto con los grandes nexos, debiera ser en diciembre de 2019. Es de esperar que con la concreción de estas obras, se solucione notablemente la situación actual”, vaticinó.

“Vamos a ser estrictos en el control y en el castigo con multa a quienes contaminen vertiendo desechos y contaminantes a nuestro río. A la ampliación de la capacidad de tratamiento de los efluentes cloacales de la ciudad que lleva adelante el Gobierno provincial con la construcción de la nueva planta de Bajo Grande debemos sumar la puesta en valor y optimización del funcionamiento de la planta actual”, postuló Llaryora.

Mateo Contreras planteó uno de estos ejes, el del mal uso de los desagües: “Una de las contaminaciones más graves que llegan al río viene de los desagües”, advirtió.

Llevar las redes de gas a la mayoría de la ciudad

Es una de las metas comunes de casi todos los partidos.

Extensión. “En cuatro años, van a estar conectados a la red de gas natural más del 80% de los domicilios de la ciudad”, prometió Martín Llaryora (HPC). Con mayor precisión, Rodrigo de Loredo (UCR) calculó que en cuatro años se sumarían 131.238 hogares con conexión a las redes de gas. Laura Vilches (FIT) estimó que se podría conectar el 70% de la ciudad. 

Agilización. Para Luis Juez (Córdoba Cambia), la clave es otra: “Se trabajará con la empresa Ecogas para la aceleración de trámites de habilitación del servicio”.

Prioridades. Juan Pablo Quinteros (Encuentro Vecinal) propuso hacer “un mapeo de las zonas donde no hay gas” y luego avanzar en las obras “para conectar los barrios más vulnerables”. Abelardo Losano planteó el mecanismo de contribuciones por mejoras para nuevos servicios.

Faltan datos. Olga Riutort dijo que no hay información suficiente.

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