El polémico Régimen de Alta Dirección Pública para jerarcas del Estado que firmaron el Gobierno Nacional y Andrés Rodriguez hizo mucho ruido en la administración pública. Es que en la práctica se trata de la fractura del convenio colectivo de trabajo del sector y la ruptura de la carrera administrativa.

Adicionalmente el entendimiento, tejido en las más altas esferas, implica la estabilidad laboral para unos 2500 funcionarios de alto nivel designados transitoriamente y que ahora se garantizarían la perpetuidad en el Estado más allá de la suerte electoral de Cambiemos(aka Juntos por el Cambio).

"Con este nuevo convenio, todos los asesores y personal gerencial que nombró Macri con su gremio amigo a lo largo de estos tres años y medio en los que además echó a 35 mil trabajadores- tendrán un aumento de sueldo de 100 mil pesos cada uno", había advertido cuando se conoció el pacto el líder de ATE, Hugo "Cachorro" Godoy.

Muchos se preguntaban por qué "El Centauro" había resuelto acompañar una iniciativa que generó tanto revuelo y que implicaba para un costo político tan alto entre sus afiliados. Otros, más perspicaces, indagaban sobre qué era lo que había negociado a cambio, en un año en el que las paritarias de estatales apenas alcanzarán el 18% contra una inflación que difícilmente baje de los 40 puntos.

Los trascendidos en los pasillos de los organismo públicos apuntan a un cambio de figuritas. A cambio de validar el escalafón de privilegio para funcionarios, UPCN habría abrochado la incorporación a ese régimen de sus propios hombres de confianza que se asegurarían un lugar de privilegio en el Estado y se blindarían ante cualquier cambio de viento que vaya a soplar en la política nacional.

Adicionalmente, Rodriguez se asegura buena parte del manejo burocrático de la administración pública y un rol clave para el funcionarmiento de las políticas publicas, hecho que redunda en mayor capacidad de daño y presión. Eso lo pone en un lugar de poder ante un potencial conflicto de intereses, tanto con la gestión como con ATE, con quien posiblemente se avecine una compulsa para medir la cantidad de afiliados.