Aprovechando la crisis de la actividad, el Gobierno apunta la reforma laboral para los textiles

Aprovechando la crisis de la actividad, el Gobierno apunta la reforma laboral para los textiles

El secretario de Trabajo, Lucas Aparicio, busca aprovechar la crisis de la industria textil para negociar con empresarios y el sindicato cambios en el convenio colectivo. Incluye la creación de un fondo para el pago de indemnizaciones.

La reforma laboral por sector vuelve a tomar impulso. Mientras se baraja la chance de avanzar en el marco regulatorio general mediante una ley, la flexibilización será negociada por actividad. El sector textil, uno de los más golpeados por el programa económico, es el candidato ideal para iniciar la transformación de las relaciones laborales anhelada por el gobierno. Las suspensiones y despidos masivos por el cierre de fábricas que no encuentran demanda para su producción allanaron el terreno.

El abanderado oficial es el flamante secretario de Trabajo, Lucas Aparicio, quien asumió a mediados del mes pasado. Según consignó Página/12 el funcionario pretende incorporar un fondo de cese laboral y un banco de horas en los convenios colectivos de trabajo de la cadena textil. Ambos instrumentos estaban previstos en el anteproyecto de reforma presentado por el Poder Ejecutivo a finales de 2017. Un tercer elemento que busca incorporar Aparicio son cláusulas de productividad.

La avanzada oficial comenzó el viernes pasado y las conversaciones continuarán hoy cuando gremialistas y empresarios vuelvan a ser recibidos por el reemplazante de Jorge Triaca. Ni el banco de horas ni el fondo de cese laboral formaban parte de los reclamos de las cámaras empresarias, que solicitaban el acceso al programa Repro o beneficios impositivos para atravesar 2019.

A pesar del entusiasmo de Aparicio, los gremios tampoco consideran que injertar porciones de la flexibilizadora reforma laboral en sus convenios colectivos represente una solución sustentable.

Las causas de la crisis que arrasa con el empleo sectorial, explican los gremios, deben buscarse en la apertura comercial, el desplome del consumo interno y las altas tasas de interés. La actividad textil fue el bloque industrial más afectado por la corrida cambiaria y el programa de austeridad desplegado para intentar controlarla. El sector se desplomó 32,2 por ciento en noviembre y acumuló en once meses de 2018 una contracción de 13,6 por ciento. Las últimas estimaciones del Indec muestran que seis de cada diez máquinas disponibles en la industria están paralizadas ante la falta de demanda.

La creación de un banco de horas en los convenios colectivos de trabajo, como deslizó Aparicio a sindicalistas y empresarios de la rama textil, habilita que se realice una compensación de horas a lo largo de un año, de forma que las horas trabajadas en exceso en una jornada se compensen con menos horas en otro día. En otras palabras, se pueden establecer jornadas de hasta 10 horas diarias sin pagar horas extras. La medida, que también fue incluida en la reforma laboral de Brasil, flexibiliza y aumenta la jornada laboral y así reduce los pagos suplementarios por horas extra que pasan a ser compensables.

Por su parte, el “fondo de cese laboral” sustituye al empleador en el cumplimiento de las obligaciones de pago de indemnizaciones por despido. La medida crea un sistema de capitalización de fondos para un despido “asegurado”. Como estaba redactado, el anteproyecto oficial reducía el monto de las indemnizaciones ya que dejaban de contemplarse para el cálculo las compensaciones de gastos y todo rubro que carezca de periodicidad mensual, normal y habitual. Además, estipula la posibilidad de cobrar las indemnizaciones en cuotas.

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