El sindicato que Raquel Blas supo liderar y llevar al máximo conocimiento público, por su particular estilo de conducción, arde como nunca antes había ocurrido.

Roberto Macho, el actual secretario general del gremio de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), quien sucedió a Blas en noviembre, denunció por administración fraudulenta a su antecesora ante la Justicia penal, la acusó de desviar fondos de los afiliados por $70.000 y le pidió Blas que renuncie, para evitarle un proceso de expulsión.

La conocida referente gremial de los estatales no se quedó callada. Negó haberse quedado con dinero del gremio, calificó la denuncia de "una mentira" y descartó renunciar, desafiando a Macho a que llame a una asamblea general para auditar su gestión, la que describió de nepótica y personalista: "Macho quiere quedarse con la caja del sindicato", cañoneó Blas sin vueltas.

Las revelaciones de Macho llegaron por la tarde, luego de que la propia Raquel Blas (quien integra la comisión directiva de ATE) hiciera pública al mediodía una denuncia penal por amenazas y lesiones contra Adriana Iranzo, la mujer de Roberto Macho, en perjuicio de una afiliada y miembro del sindicato.

La guerra total que se ha declarado en ATE se trae graves acusaciones cruzadas entre ambos y la indisimulable fractura interna de la lista que ambos integraban y que ganó las elecciones en noviembre pasado.

En diálogo con Diario UNO, Roberto Macho afirmó que "presentamos una denuncia penal por administración fraudulenta contra Raquel Blas y el secretario de Finanzas, Jorge Rotella por los fondos de nuestra cuenta de ATE, plata de los afiliados que fue a parar a cuentas personales".

Precisó que "tras una auditoría externa que hicimos en febrero, encontramos irregularidades, pedimos un informe al Banco Nación y nos reveló que se sacó dinero de una de las cuatro cuentas bajo investigación, a través del home banking, con las claves del anterior secretario general (Raquel Blas) y el de Finanzas (Rotella), claves que teóricamente se tendrían que haber dado de baja. Hablamos de $70.000 extraídos este año y que fueron a parar a otro lado".

Roberto Macho fue más allá y pidió su cabeza: "Después de esto, el sindicato le pide a Blas que renuncie, que se vaya y no obligue al gremio a aplicarle el régimen de expulsión".

Macho relató que esta investigación contra Blas se vio empañada por persecuciones, insultos y agresiones físicas hacia mi persona ".

"Es mentira y no renuncio"

Raquel Blas, que actualmente es miembro de la cúpula sindical, se defendió y afirmó que "es mentira lo que denuncia Macho, yo voy a entregar el movimiento de mi cuenta y el documento que acredita que les di de baja a las claves".

Además con una irónica y fastidiosa carcajada de por medio aseveró que "no pienso renunciar, que Macho convoque a una asamblea general y veamos su gestión y que la gente decida".

Blas acusó a Macho de tener "a su mujer odontóloga contratada por el sindicato", de haber querido "contratar a su cuñado para prestar un servicio de remís trucho al gremio" y de darle "trabajo a su hermano, que no era empleado estatal ni afiliado".

Contra él descargó: "Macho intentó fijarse sobresueldos pero lo impedimos en la comisión directiva y además se llevó la camioneta del sindicato, que desapareció un tiempo y la encontramos destrozada por un choque y nunca hizo la denuncia".

La dirigente gremial afirmó que la fractura interna empezó con el escándalo de Macho y su familia en el supermercado. "Él nos dijo una cosa y cuando vimos el video nos dimos cuenta de que nos mintió".