Argentina sube impuestos, Uruguay los saca: estas son algunas de las 350 empresas que ya operan en ese país

Ventajas impositivas y la ausencia de control de capitales motorizan el interés de empresarios que acá padecen el cepo al dólar y una presión fiscal récord.

Por Juan Diego Wasilevsky.

Escenario: Hotel Enjoy Punta del Este. Fecha: 4 de enero. Motivo: workshop sobre cómo obtener residencia fiscal y legal en Uruguay, orientado exclusivamente a ciudadanos argentinos, en el marco de la Expo Real Estate. Resultado: evento a sala llena.

Una semana después: misma ubicación, mismo workshop, esta vez organizado por una consultora especializada en negocios, y mismos resultados: 250 argentinos coparon el salón Río de Janeiro del hotel esteño para conocer las características del sistema tributario uruguayo y orientarse sobre las ventajas de abrir una empresa en el país vecino.

¿Lo llamativo? Tuvieron que programar un nuevo evento para el 14 de enero por la cantidad de asistentes que no consiguieron lugar.

"Hubo que repetir porque se había quedado mucha gente afuera. Son señales del interés que despiertan las posibilidades que ofrece este país para los argentinos que quieran radicarse", señala a iProUP Antonio Carámbula, director de la agencia oficial de promoción de inversiones Uruguay XXI.

La nación vecina se convirtió en trending topic. El impulsor de esta tendencia fue el mismo presidente electo, Luis Lacalle Pou, quien hizo ruido –y mucho– al anunciar que lanzará un paquete de medidas para facilitar la residencia de argentinos de alto poder adquisitivo, otorgándoles beneficios fiscales para que lleven sus capitales a ese territorio.

La iniciativa, sin embargo, tomó tinte de polémica cuando el expresidente José Mujica disparó que "en vez de traer 100 mil cagadores argentinos, preocupémonos de que los nuestros inviertan acá". 

También se sumó al debate el propio Alberto Fernández, quien rechazó de plano la decisión del mandatario electo: "Tengo la impresión que a Uruguay le costó tanto salir de ese mote de paraíso fiscal que volver a caer en eso me parece que no es una buena idea". 

Pero a Uruguay no lo puso de moda Lacalle Pou con su provocadora propuesta. Hace tiempo que este socio del Mercosur viene captando el interés de más empresas argentinas que buscan poner un pie fuera del sistema de retenciones a las exportaciones, de las restricciones al mercado de cambios y de las crecientes trabas a las importaciones.

Y, como contrapartida, están eligiendo Uruguay por los beneficios impositivos, la baja conflictividad laboral y el acceso libre al dólar. Se estima que, a fines de 2019, son cerca de 350 las compañías de capitales albicelestes instaladas en el territorio, con un stock de inversiones que supera los u$s5.300 millones.

Una tendencia en auge

Mercado Libre, sin dudas, es la cara principal de esta oleada, con una estructura importante, que sobrepasa los 900 empleados y explica cerca del 13% de todos los puestos de trabajo que genera.

Su posición privilegiada en territorio uruguayo y las posibilidades concretas de expandir los servicios que brinda desde allí a toda la región, en lugar de hacerlo en Buenos Aires, se convirtieron el año pasado en la punta de lanza de una estrategia de "contraofensiva" frente a los embates que recibió Marcos Galperin del gremio bancario y de Camioneros por el encuadramiento sindical de sus empleados.

Pero por detrás de este unicornio hay numerosas empresas nacionales de diversos rubros y tamaños que vienen operando en el país vecino.

El último dato oficial, que corresponde a 2017, consigna que son 300 las compañías. Sin embargo, la cifra que maneja el mercado hasta 2019 ya habla de 350, con un gran número de Pymes y emprendimientos que se fueron sumando a lo largo de 2019, a medida que se agravó la crisis económica en la Argentina y se comenzó a restringir el acceso a los dólares.

De hecho, la propia agencia oficial de inversiones del país vecino organizó en Buenos Aires (justo una semana antes de que asumiera Alberto Fernández) un seminario en el que se presentaron alternativas de inversión y que fue a salón lleno, con más de 100 empresarios locales.

El objetivo de Uruguay XXI fue "importar" compañías de rubros específicos como el farmacéuticoagronegocios y tecnológico. "Los empresarios argentinos fueron para ver las facilidades que ofrecemos. La realidad es que en un principio pensábamos hacer algo más personalizado, pero terminó siendo mucho más masivo", explica Carámbula.

Una confirmación de que las expresiones de Lacalle Pou no son un simple fuego de artificio y que la tendencia de más empresas albicelestes abriendo filiales en suelo uruguayo está en crecimiento la tiene el propio responsable de promover las inversiones, quien asegura que los contactos para informarse sobre las ventajas de radicarse allí "crecieron muy por encima de lo habitual" en estos últimos meses.

"Es una realidad. Estamos recibiendo más consultas de firmas argentinas", apunta a iProUP el director de Uruguay XXI.

Más desembolsos en agronegocios

El agro, tras el incremento de las retenciones por parte de la administración de Alberto Fernández, es uno de los rubros que más protagonismo está teniendo.

Desde la consultora Perdomo Agroinmuebles señalan que cerraron 2019 con casi un 20% más de operaciones respecto del año anterior, y que buena parte de ese incremento obedeció a inversores argentinos que comenzaron a entrar con fuerza a partir del segundo semestre.

Y esta tendencia, advierten, no se detendría en este 2020: desde la compañía afirman que hay expertos en inversión y en tierras que "están analizando en profundidad la opción de ingresar en el mercado" y que "una cantidad importante" de las consultas que están recibiendo provienen de Argentina.

Como parte de esta tendencia, una startup nacida en Buenos Aires, vinculada a los agronegocios que está a un paso de poner un pie en Uruguay es BitCow, plataforma que permite invertir en el negocio ganadero a partir de una suerte de moneda digital.

En la Argentina cuentan con 8.000 cabezas de ganado, distribuidas en campos bonaerenses y el objetivo a corto plazo es sumar nada menos que 5.000 animales en el país vecino.

"Estamos listos para operar. Uruguay siempre estuvo en los planes, pero cuando ganó Lacalle Pou nos terminamos de decidir. Es un país históricamente muy abierto a inversores del exterior. Todas las leyes y el sistema impositivo son mucho más amigables que en la Argentina", indica Guillermo Villagra, director del emprendimiento.

El hecho de que Alberto Fernández haya elevado los derechos de exportación a los cortes vacunos hasta 9%, y que esté latente la posibilidad de avanzar con una alícuota mayor, es una de las causas de esta expansión.

"El plan es levantar una operación a partir de capitales argentinos y con management uruguayo. Estamos ultimando detalles para inaugurar la filial uruguaya", completa.

También en el terreno de los agronegocios, un empresario que viene haciendo ruido en la otra orilla es Alejandro Bulgheroni, quien creó la compañía Agroland, que posee 4.300 hectáreas en las que desarrolla diferentes actividades, como producción y exportación de frutas secasaceite de oliva y vinos.

Dentro de ese holding, Bulgheroni creó la bodega Garzón, que se convirtió en la principal del país vecino, siendo hoy responsable nada menos que de una de cada tres botellas que Uruguay le vende al mundo.

No es el único argentino que invierte en el rubro. Diego Vigano, propietario del grupo Desarrollos Orientales, lanzó un emprendimiento de 30 hectáreas en Carmelo para invertir en viñedos, bautizado La Concordia. Además, cuenta con bodega propia: Campotinto.

Narbona es otro establecimiento vitivinícola en manos de una familia argentina. El mismo DNI tiene una pareja que se radicó en ese país para crear Bodegas del Uruguay, que hoy es líder en servicios de consultoría para esa rama de actividad.

En el segmento de los laboratorios figuran varios pesos pesados que expandieron su operación en la nación vecina, como Biogénesis BagóRoemmers y Adium Pharma. A esta lista se sumó a fin de año Eriochem, la primera firma argentina que pudo comercializar un remedio genérico en el mercado estadounidense.

Este laboratorio, que tiene su casa matriz en Entre Ríos, invirtió más de u$s7 millones en la zona franca Parque de las Ciencias para inaugurar una planta robotizada de última generación con el objetivo de exportar desde Uruguay el 100% de su producción.

Al largo listado de compañías albicelestes con negocios en Uruguay se suma Globant, orientada al negocio de la informática y el desarrollo de software. La firma opera para el mercado internacional desde la zona franca Aguada Park, un complejo de 55.000 metros cuadrados emplazado en Montevideo y donde Mercado Libre también tiene oficinas.

Las ventajas que ofrece hoy por hoy el régimen de zonas francas explican por qué cerca de la mitad de las compañías instaladas en ese país eligieron hacerlo en estas áreas que operan bajo un régimen fiscal específico.

Los beneficios son numerosos: las empresas tienen garantizada la exoneración general de todos los impuestos nacionales, tanto los actuales como los que vayan a crearse a futuro.

En consecuencia, los empresarios allí instalados no pagan:

Impuestos o aranceles de importación y exportación

- Tributos a las Renta de Actividades Económicas, cuya tasa sería del 25% de los ingresos netos

- Impuesto a la distribución de dividendos, que sería del 7%

- Tributo al patrimonio, del 1,5%

IVA sobre bienes o servicios, cuya tasa es del 22%

La única excepción a la exoneración impositiva es el pago de contribuciones a la seguridad social para la mano de obra local.

Además, no existen controles de capitales, de modo que el flujo es libre y puede efectuarse en cualquier moneda.

"Uruguay es un país amigable para los negocios. Con reglas de juego estables a nivel impositivo y financiero en los últimos años, es un imán para más empresas argentinas", resume Raúl Ochoa, experto en comercio internacional y reciente miembro de uno de los think tank del G20.

¿Crecerá entonces el interés por abrir una filial del otro lado de la orilla? "No hay dudas", recalca el experto.

De este lado de la frontera, las restricciones al dólar que llegaron para quedarse, la mayor presión tributaria y la amenaza de una economía más cerrada serán el combustible que motorice la próxima oleada.

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