Armando, caso testigo del muñequeo de los Gordos

Armando, caso testigo del muñequeo de los Gordos

Convocó a la movilización, trató de bajarla, prometió que no marcharía, se sacó una foto en la puerta del gremio y mandó un grupo de delegados. Los Gordos y la incomodidad por protagonizar la protesta.

Las dudas y las discrepancias en el corazón de la CGT quedaron más expuestas que nunca en las últimas semanas. El resultado de las PASO potenció la grieta de la central obrera y los más dialoguistas salieron a jugar a dos puntas para acercarse al Gobierno, sin acelerar el tan premonizado quiebre entre los moradores del edificio de Azopardo 802.

Luego de que los Gordos y los Independientes buscaran desactivar la protesta, sin suerte, empezó un juego de intrigas entre los dirigentes de los principales sindicatos que confluyen bajo esas denominaciones.

Aunque distintas fuentes del Gobierno, que tendieron puentes con ellos en las últimas horas, habían confirmado que se bajarían de la protesta, los sindicalistas ratificaron su participación, pero su desempeño fue a reglamento.

Un caso testigo fue el del inoxidable secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) Armando Oriente Cavalieri. El “Gitano” se había comprometido a movilizar, luego estaba en el conjunto de dirigentes que quiso bajar la protesta y más tarde la ratificó.

El lunes, a último momento, desde el entorno de Cavalieri dejaron trascender por los medios que no participarían, molestos por las declaraciones de Pablo Moyano, pero ayer las columnas de las regionales lo empujaron a participar.

Ante la presión de los gremios nucleados en la Federación Armando bajó de su oficina, se fotografió con los referentes del interior, envió una comitiva a la Plaza de Mayo y volvió a su despacho.

Esa participación a desgano de los mercantiles define en gran medida lo que realizaron los Gordos cuyo representante en el triunvirato, Héctor Daer, no subió al escenario.

Molestos, cumplieron, mientras buscan recomponer la desgastada relación con Cambiemos y esperan la convocatoria a una mesa de diálogo que les permita desactivar cualquier tipo de plan de lucha que pueda dispararse.

El juego a dos puntas, con promesas para todos, auguran un desenlace inminente en la central obrera ante tanto muñequeo y ya despertó la furia de Macri que eyectó a dos hombres de confianza del gremialismo de cargos clave.

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