Asombrosas obras maestras para guardar agua potable

Asombrosas obras maestras para guardar agua potable

Las gigantescas cisternas construidas por el imperio romano en tiempos de Augusto son fuente de admiración y ejemplo de infraestructura puesta al servicio de la urbanización.

Abastecer la exigencia de agua potable a las grandes ciudades y, al mismo tiempo, proveer a las flotas militares y comerciales que salían desde los puertos principales, sólo podía ser garantizado con un reserva de considerables dimensiones. Hace más de 20 siglos, los romanos lo lograron con sus gigantescas cisternas, obras maestras de la arquitectura y la ingeniería que aún sorprenden al mundo.

 

El sistema de construcción de estas cisternas ofrece aún hoy un gran atractivo arquitectónico (Aguas Cordobesas)

La mejor conservada por su calidad de construcción es la cisterna de la ciudad de Fermo, objeto de visita de miles de turistas y constructores de todo el mundo, quienes llegan hasta el lugar para comprobar su estado de conservación y asombrarse con la técnica empleada en su concepción.

Muros exteriores de 1,65 metros realizados en caliza le permitían a la cisterna mantener una temperatura constante de 15 grados, ideal para conservar el agua fresca.

“El conjunto arquitectónico, denominado comúnmente Piscinas, pero que en realidad es un depósito de agua potable, es una verdadera obra de arte de técnica constructiva”, sintetiza el investigador Sergio Colangeli al referirse a este majestuoso depósito en un trabajo presentado en el Congreso Mundial de Constructores que se realizó en Sevilla.

 

El espesor de los muros exteriores, realizados en caliza, permitían mantener una temperatura constante de 15 grados (Aguas Cordobesas)

En efecto, la cisterna de Fermo, que habría sido construida entre los años 40 y 60 después de Cristo, tiene 2222 metros cuadrados cubiertos, los cuales ofrecen una capacidad de 15 mil metros cúbicos, dimensiones que la hacen sorprendente a los ojos de los visitantes.

Técnicas de conservación

Además de la calidad de construcción, que cuenta con muros externos de 1,65 metros y techos en arco de ladrillos, se destaca el sistema de oxigenación ideado por los romanos, basado en techos de seis metros de altura, cinco metros por encima del nivel de agua conservada.

 

El sistema de canales permitía que el agua corriera y no se estancara (Aguas Cordobesas)

Otra de las técnicas utilizadas para conservar la calidad del agua es un sistema de canales por los cuales el agua corría y se mantenía fuera de los riesgos de estancamiento.

Se suma a ello el logro de una temperatura constante, que se mantiene en 15 grados tanto en invierno como en verano y ofrece así un clima ideal para el mantenimiento del agua.

Amplios depósitos con arcos que llegaban a los seis metros de altura ofrecían la oxigenación necesaria para mantener el agua en condiciones.

El contenido que se resguardaba en esta cisterna, como en las otras dos ubicadas en la región de Marche (Las Marcas, en español), provenían de vertientes que bajaban desde Los Apeninos hacia el mar Adriático.

 

Las aguas provenían de vertientes que bajaban desde Los Apeninos hacia el mar Adriático (Aguas Cordobesas)

Tras destacar que esta obra ha soportado dos mil años y todo el peso de un barrio que se construyó encima, Colangeli llega a la conclusión de que “la técnica constructiva, la calidad del material edilicio y el cálculo de las resistencias son superiores a cualquier elogio y hacen de las Cisternas de Fermo una grandiosa realización arquitectónica, la cual une a una gran solidez una austera belleza y una incomparable utilidad pública”.

 

La altura y el tamaño de los depósitos ofrecían la oxigenación necesaria para mantener el agua en condiciones (Aguas Cordobesas)

Queda claro que los romanos, forjadores de uno de los mayores imperios de la historia y el que se extendió por varios siglos, le daba al agua una importancia estratégica sin la cual tal vez no hubiera llegado a semejante esplendor.

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