Ramón Ayala echó a Oscar Ceriotti, el último veneguista que quedaba en la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), y termina de sepultar la herencia política del fallecido Gerónimo "Momo" Venegas.

Las cesantías de personas del entorno de Venegas habían comenzado apenas fallecido el dirigente y tuvieron su pico máximo con el despidos de Mabel Miele, histórica armadora de las 62 y mujer de confianza del líder de los peones rurales hasta el último día. 

El quiebre con Venegas también incluyó un capítulo escandaloso con la hija del "Momo". En su momento María Eva Venegas lo acusó a Ayala de ser testaferro de su padre, de traicionar a su familia y de quedarse con sus bienes. Con el tiempo bajó la espuma.

Según el portal provincial parabuenosaires, la salida de Ceriotti estuvo empujada por el ex intendente de San Pedro Cecilio Salazar, histórico enemigo de Venegas, y en reemplazo del viejo dirigente de la institución Ayala pondría a su hijo Cristian Maximiliano Ayala. 

Salazar es un hombre ligado a la obra social del gremio de los peones rurales desde hace más de 20 años, allí se desempeñó como Vicepresidente y gracias a la misma caja fue electo como intendente en su localidad en 2015.