Bahía Blanca despidió ayer a Ezequiel Crisol

Los restos del histórico líder de los mercantiles ya descansan en el cementerio de la ciudad. Hubo innumerables muestras de cariño.

“Se nos fue el padre de todos los empleados de comercio del país”. Con estas palabras cerró Miguel Aolita, el actual secretario del gremio, el último adiós a Ezequiel Crisol, el histórico dirigente sindical fallecido el pasado sábado a los 96 años de edad.

Unas cien personas acompañaron ayer sus restos hasta el cementerio local, en una mañana fría y con una leve llovizna. El cortejo fúnebre se detuvo durante unos minutos frente a la sede de Empleados de Comercio, en Rodríguez 60. Así, simbólicamente, el hombre que durante casi 50 años desempeñó funciones en esa casa, pisó por última vez el pavimento que durante tantos años sirvió para desearle un feliz cumpleaños mediante coloridas leyendas pintadas.

Cerca del mediodía, la llegada de 30 coronas colocadas en el ingreso del Panteón de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos generó una particular situación en un día en que cientos de bahienses concurrieron a la necrópolis por el Día del Padre.

Doce personas, entre familiares y amigos, tomaron el féretro, que fue luego llevado al segundo piso del edificio para ser ubicado en su morada final. Hubo entonces un cerrado y emotivo aplauso, en medio de un clima de gran tristeza. Luego de unos minutos de silencio improvisó unas palabras Daniel Crisol, sobrino de Ezequiel, quien recordó que acompañó a su tío “desde los seis años”.

“Fue mi segundo padre, una persona amable, humilde y sencilla”, mencionó. Destacó además el enorme cariño que la gente humilde le tenía y su gran virtud de “saber escuchar a todos”. “Se va una bella persona, honrada, trabajadora y decente”.

Hizo luego uso de la palabra el actual secretario del gremio, Miguel Aolita, sumamente conmovido y emocionado. “Se va un grande de verdad”, indicó luego de agradecer la presencia de quienes lo acompañaron hasta ese lugar y aseguró que, en el día del padre, despedían “al padre de todos los empleados de comercio del país”. Un nuevo aplauso y muchas lágrimas cerraron la sentida ceremonia del adiós.

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