El Ministerio de Trabajo dictó anoche la conciliación obligatoria en el conflicto de la ensambladora de computadoras Banghó, luego de que la empresas decidiera cerrar su planta en la localidad bonaerense de Vicente López y deberá reincoporar a los 243 trabajadores despedidos.

Previamente, el secretario de Comercio, Miguel Braun, había criticado la decisión empresaria y dijo que la compañía tenía "la capacidad industrial para dedicarse a otra actividad" y remarcó que "el compromiso del Gobierno es con los trabajadores" que habían quedado sin empleo por el cierre de la planta.

Braun le reprochó a los empresarios que en lugar de reconvertirse "cierran sus empresas ante la primera de cambio" y justificó que la reducción de aranceles para el ingreso de productos tecnológicos -medida que justificó para la empresa el cierre de su planta- beneficiará a "los consumidores y a la creación neta de empleo".

En declaraciones a Radio con Vos, el funcionario puntualizó que el Gobierno tiene programas de "transformación productiva" que brindan "seguro de desempleo extendido por un año a los trabajadores, subsidio a empresas que contraten a esos trabajadores y financiamiento para ayudar a las empresas a reconvertirse".

Los trabajadores de PC-Arts Argentina, que fabricaba la marca Banghó, tomaron la planta que la compañía tiene en la localidad bonaerense de Vicente López para protestar por los despidos por el cierre de la planta que la compañía justificó en la eliminación del impuesto para la importación de productos tecnológicos.