Giuggia precisó las coordenadas del barrio que surgió como un asentamiento espontáneo en Avenida San Martín al 5000, “ingresando a mano derecha, donde se encuentra el portón de la entrada del dique”. Según el referente, se trata de un barrio que se levantó en un terreno que pertenece a la APA, y que tiene solicitado el pedido de expropiación por parte de los vecinos.

“En este lugar viven aproximadamente veinte familias integradas por abuelos y personas con distintos grados de discapacidad. Puntualmente nos preocupan aquellos, tanto niños como adultos mayores, que sufren patologías pulmonares, por el continuo olor y humo que les hace imposible respirar con naturalidad y permanecer en el lugar”, describió.

Asimismo, constató “el paso de camiones con residuos, moscas, olores nauseabundos, humo y el  padecimiento que sufren las personas con discapacidad y sus familias”. “Los vecinos relataron que originalmente el Municipio de Barranqueras iba a utilizar el predio para contener a los caballos hallados sin sus propietarios en la vía pública, pero finalmente fue elegido como depósito de basura. Por ese motivo, cuando llegaron tres camiones repletos de basura, los vecinos les negaron el acceso”.

 

No obstante –precisó– en la actualidad ingresan por el lado de la defensa depositando la basura a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento. “Los vecinos aseguraron que el lugar ya fue visitado por el subsecretario de Madio Abiente, Pablo Bonastre, a quien le mostraron el sumidero a cielo abierto y le entregaron fotografías del lugar”.

“También solicitaron por nota información dirigida al Secretario de Obras Públicas y a la Intendente municipal, pero hasta ahora no obtuvieron respuesta”, agregó Giuggia, quien advirtió que cuando los camiones no pudieron seguir ingresando al basural denunciado, accedieron por otra entrada y comenzaron otro basural, que para colmo actualmente se encuentra inundado”.

El referente manifestó la urgencia de actuar con celeridad sobre esos basurales, ya que “los residuos deben tener un tratamiento adecuado sin poner en riesgo la vida de las personas del lugar, y más si son enfermos con patologías pulmonares”. Agrego también que los fluidos tóxicos “van directamente a las napas superiores del suelo y al Río Paraná”.