Una aceitera, una fábrica de pintura y una metalúrgica. Berisso se aferra por estas horas a la instalación de por lo menos tres nuevas industrias para hacer frente al impacto económico y social generado por la crisis en la terminal de contenedores TecPlata, cuyas autoridades dieron hace una semana una clara señal de que el millonario emprendimiento “no va más”.

Aun cuando el ministerio de Trabajo ha dictado la conciliacion obligartoria y el personal despedido (alrededor de 140 trabajadores de los cuales cerca del 60% son de Berisso) seguirá cobrando sus salarios durante las próximas dos semanas, la sentencia parece firme.

Es que TecPlata no ha logrado suscribir contratos para hacer aquello para lo que fue planeada, a un costo un costo de 400 millones de dólares invertidos por una empresa filipina. También puso mucho dinero el Estado bonaerense que se comprometió a hacer obras viales complementarias para facilitar el ingreso y egreso de camiones. Esos trabajos todavía continúan, mientras la suerte de TecPlata parece echada.

ALERTA EN YPF

En los últimos años, Berisso ha mirado con esperanza la posibilidad de una reactivación portuaria que ahora parece retroceder casilleros. Para colmo, desde el sindicato de petroleros corren fuertes versiones de achiques en YPF y hasta en algunas de las empresas que trabajan dentro de la destilería.

El titular del gremio Supeh, Ramón Garaza, ha estado advirtiendo sobre el impacto negativo que en los próximos meses podría tener la constante baja del precio internacional del barril de crudo. Garaza ha puesto a sus representados en “estado de alerta y reflexión” porque se habla de un achique de alrededor de 500 trabajadores entre todas las destilerías del país y no se descarta que algunos de ellos puedan ser de Berisso.

Ante semejante cuadro, desde la administración municipal del radical en Cambiemos Jorge Nedela buscan la manera de enfrentar el problema. Y han decidido tomar por el camino que se considera “más difícil pero el más efectivo”: trabajar para que se generen fuentes empleo genuinas que no dependan del Estado municipal. “El tiempo apremia y ya hemos tirado muchas líneas interesantes”, señala el titular de Hacienda, Alberto Amiel y su subsecretario,Hernán Cassinelli. Estiman que con 200 empleos podrían compensar la crisis.

La mira está puesta en el Parque Industria, un predio ubicado en 42 y 167 de Berisso donde ya hay 17 empresas de las cuales por ahora sólo cinco de ellas producen. Pero la idea es agrandar ese número lo más rápido posible.

KILOMETRO CERO

En el Parque Industrial de Berisso se ofrecen parcelas de ente 2.500 y 5 mil metros cuadrados con los servicios necesarios para trabajar. La esperanza está puesta en por lo menos tres nuevas empresas y una cuarta que depende de un informe de la OPDS para arrancar. Entre las gestiones que se llevan adelante, Amiel menciona la instalación de una empresa dedicada a la energía renovable, que podría realizar en el distrito una inversión cercana a los 11 millones de euros.

Berisso ofrece a esos y a otros potenciales interesados en radicarse en el distrito, excenciones tributarias por cinco años y otros beneficios que, aclara Alberto Amiel, “son de acuerdo a la inversión y la cantidad de empleos que vengan a generar”.

El otro frente estratégico es el Polígono Industrial, el complejo montado hace más de dos décadas en una de las naves de lo que fue el frigorífico Swift, un emprendimiento inglés que en el siglo pasado dió empleo a 20.000 berissenses y marcó, de alguna forma, el perfil social del distrito: una comunidad de trabajadores.

No por casualidad el “kilómetro cero” del peronismo se ubica junto a ese predio de actividad industrial junto al río. De allí partieron las primeras columnas obreras, el 17 de octubre de 1945.

Pero la realidad de 2016 es bien diferente y el primer gobierno municipal no peronista en la historia de la democracia de Berisso baila, por estas horas, con la más fea.