La CGT busca que el paro general del 6 de abril sea masivo y le devuelva autoridad

La CGT busca que el paro general del 6 de abril sea masivo y le devuelva autoridad

Con la idea de superar el mal trago que resultó el final de la movilización sindical del 7 de marzo, cuando sectores kirchneristas y activistas de la UTA coparon la parada, además del palco, la CGT apuesta a realizar un "paro contundente".

 

El desafío para el trío Schmid-Daer-Acuña excede los reclamos al Gobierno para que cambie sus políticas económicas: ante todo necesitan recomponer su autoridad después de tantas y venidas alrededor de la huelga, que además ésta sea masiva, y al mismo tiempo no dañar la relación con el Gobierno.

En confianza, los negociadores de la CGT señalan a sus interlocutores de la administración Macri que la demora en convocar a un paro respondió a una decisión de ganar tiempo, a la espera de una economía con signos de recuperación, mayores inversiones y la inflación dominada.

Fuera de estos ítem, el Gobierno cumplió su promesa de restituir los fondos que se debían a las obras sociales sindicales, y a los piqueteros les brindó una millonaria ayuda social; que ni de lejos sirvió para frenar los cortes de calle y otras expresiones de protesta; ahora fundamentadas en el retraso que lleva el Gobierno en poner en vigencia la Ley de Emergencia Social.

Aunque muchos gremios no cultivan simpatía por los espacios piqueteros, la mayoría admite que no pueden ser indiferentes a los reclamos de esos sectores.

Las dos CTA, de Hugo Yasky y de Pablo Micheli, ahora aliados, se sumaron al paro cegetista. El apoyo no conmueve demasiado a la CGT, sobre todo por la pertenencia kirchnerista de Yasky.

Así, Juan Carlos Schmid (que llegó a la cima de la CGT con el respaldo de Hugo Moyano) decidió jugar fuerte para que la adhesión de la Catt (Confederación de Trabajadores del Transporte) que él mismo preside, sea muy efectiva a la hora de parar.

Consultado por Télam, el ferroviario Omar Maturano (La Fraternidad), dijo que "los gremios del transporte vamos a garantizar que el paro sea contundente", y de paso abrió caminos a la negociación: "Son los empresarios los que traicionaron a Mauricio Macri. Nosotros lo ayudamos", interpretó.

La principal duda en el transporte pasa por los choferes de colectivos de la UTA, que conduce Roberto Fernández. El papel que juegan los colectivos en un paro puede determinar el éxito o el fracaso de la medida. Por lo pronto, la UTA recibió con alegría, hace menos de un mes, un fallo de la justicia laboral que le quita la personería gremial al sindicato de trabajadores del Subte (Metrodelegados), quienes hasta lograr su autonomía reportaban -con disgusto- al gremio de los colectiveros. Los referentes sindicales del subte son combativos y kirchneristas.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, será quién deba ratificar si quita o mantiene la personería que los metrodelegados obtuvieron a manos del gobierno kirchnerista. El colectivero Fernández cavila, aunque dice que se sumará al paro. Después se verá con qué grado de intensidad. En tanto, los sindicalistas del Subte se sumaron al paro del 6.

Otro gremio para seguir de cerca, respecto a su grado de compromiso con la medida de fuerza, es la Federación de Comercio, que acaba de cerrar paritarias de la mano de Armando Cavalieri. El jefe mercantil tiene una relación más que fluida con Triaca, y la huelga parece estar lejos de entusiasmarlo.

El sector independiente de la CGT (José Luis Lingeri, Obras Sanitarias; Andrés Rodríguez, estatales de UPCN, y Gerardo Martínez, de la Uocra) son hábiles negociadores con el Gobierno y preferirían no parar. Pero también son orgánicos. Son los que explican en la Casa Rosada que la CGT es una "oposición responsable" y que jamás apoyarán al kirchnerismo porque padecieron a Cristina Kirchner cuando fue gobierno.

En la interna sindical fuera de la CGT, el MASA (Movimiento de Acción Sindical) que lidera el taxista Omar Viviani y aglutina a Smata y a la Unión Ferroviaria, dice que se sumará al paro.

Sergio Palazzo (La Bancaria) lidera la Corriente Federal de los Trabajadores y su gremio se enfrentó al Gobierno para que le reconocieran el aumento salarial. Fue a la Justicia y lo consiguió. Apoya a la CGT pero no integra el consejo directivo. Hace poco, Facundo Moyano metió cizaña y dijo que Palazzo era el candidato adecuado para liderar a la central obrera sin coequipers.

Pablo Moyano no se quedó atrás y desautorizó a la conducción cegetista cuando se produjeron los incidentes. "Con Moyano (por Hugo, su padre) esto no pasaba". Acostumbrado a sus actitudes, Schmid prefirió el silencio. El adjunto de Camioneros quería integrar el triunvirato pero lo dejó afuera su propio padre.

En ese polvorín algunos insinuaron la necesidad de una conducción única en la CGT. Pero la conducción vigente representa a los tres sectores aliados: el moyanismo, los gremios fieles a Luis Barrionuevo y los "Gordos".

¿Se podrá reorganizar la CGT sin que haya una nueva fractura? Mientras, el Gobierno mantiene un discurso unívoco: el paro no sirve para nada. Voceros principales de ese mensaje son Marcos Peña y Triaca. Al jefe de Gabinete se lo vio satisfecho después de cruzarse feo en Diputados con los kirchneristas Axel Kiciloff y Juan Cabandié, a quienes pidió "hacerse cargo de algo" después de permanecer 12 años en el poder.

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