El operativo para normalizar los servicios que prestan las líneas municipales Este y 520 va ganando terreno. Con custodia policial en la mayoría de los casos, las unidades salen desde la terminal de ruta 11 y kilómetro 8, con el objetivo de cumplir con los recorridos que realizan 70.000 usuarios en forma diaria.

Mientras sigue la protesta de un grupo de choferes de la línea Este, paulatinamente los distintos ramales de la empresa van cumpliendo con los servicios.

Esta situación trajo cierto alivio, aunque, como dijeron distintos usuarios, “no se sabe hasta cuándo se podrá sostener la custodia policial para que el servicio pueda garantizarse”.

El jueves pasado comenzaron las pruebas con 10 unidades que salieron por vías alternativas para esquivar un piquete que se había montado en ruta 11 y 609. Al día siguiente se triplicaron las unidades y para el fin de semana se cumplió con más del 50 por ciento de los servicios que se realizaban antes de que se inciara el conflicto.

Los problemas en la línea Este comenzaron el 17 de octubre con la toma de la terminal de ruta 11 y kilómetro 8, para pedir la reincorporación de choferes despedidos, mejoras laborales y elecciones gremiales.

El momento más dramático del conflicto tuvo lugar una semana atrás, el 24 de octubre, cuando se produjo el desalojo de la terminal que realizó la policía, donde se vivieron violentas escenas que terminaron con 27 demorados y media docena de heridos entre choferes y efectivos policiales.

Luego se iniciaron distintas negociaciones con diferentes sectores, que terminaron con la decisión de poner custodia policial interna en las unidades y un acompañamiento de efectivos motorizados para realizar los recorridos de ambas líneas: Este y 520.

El viernes pasado, los choferes en conflicto realizaron una extensa protesta en la esquina de 7 y 50, donde hubo momentos de tensión.