Al calor de la protesta, las CTA ganaron terreno y limaron sus diferencias

Al calor de la protesta, las CTA ganaron terreno y limaron sus diferencias

Se unieron en la estrategia de lucha y tienden puentes con la CGT para presionar al gobierno de Macri

 

n una significativa marcha y un encendido discurso en contra de las políticas económicas del Gobierno por parte de sus dos cabezas, Hugo Yasky y Pablo Micheli , la CTA marcó el jueves pasado un primer escalón para el paro que encabezará la CGT esta semana. Además, sin sutilezas, ambos líderes dejaron en claro la intención de generar una unidad sindical superadora que sume también a los movimientos sociales y se una en contra de las políticas económicas del Poder Ejecutivo.

Más allá de este encuentro, la CTA fue ganando visibilidad durante el gobierno de Mauricio Macri al calor de la oposición planteada y de la presión en la calle cuando todavía el triunvirato cegetista, Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, mantenía un período de gracia con el Gobierno. Con la marcha federal del año pasado, las dos centrales cobraron otro protagonismo y también comenzaron a tender puentes entre ellas y con otros espacios obreros y piqueteros. En este sentido, en enero, en una reunión sindical, Yasky impartió una consigna: "Solos no vamos a poder". El acercamiento a la CGT no es fortuito ni tampoco la conexión entre ambas CTA, facilitada por la postura común frente a la Casa Rosada. Es que la central de Yasky, marcadamente kirchnerista, tuvo muchas diferencias con Micheli cuando elegía no movilizarse contra la entonces presidenta Cristina Kirchner.

"Creo que sería bueno un frente gremial conjunto de las dos CTA y la CGT incluso con un directorio colegiado. Creo que las centrales tenemos que tener autonomía de los partidos porque te condiciona muchas veces la pelea y el reclamo", explicó a LA NACION Micheli. En tanto, Yasky aseguró: "Hoy, la unión en la acción está más cerca que antes. En la CGT tienen más peso los sectores que, como nosotros, compartían la necesidad de apretar el paso".

La cercanía existe. Ambos, Yasky y Micheli, mantienen reuniones con dirigentes de la CGT. Incluso varios sectores participaron el jueves de la movilización. El más significativo y que dio un discurso arriba del escenario fue el de Francisco "Barba" Gutiérrez, secretario del interior de la CGT y dirigente de la UOM. El problema es que Gutiérrez rivaliza con Pablo Moyano. El subjefe de Camioneros, un gremio convocante y con poder de fuego, lo acusa de avalar sólo a sectores kirchneristas en la normalización de las regionales e incluso amenazó con dejar la central obrera luego del paro de este jueves. Más allá de eso, hay una intencionalidad de ir consolidando la sintonía con las bases, que son las que más presionan para ajustarle las tuercas al Gobierno.

Capacidad de presión

En ese combo entran los movimientos sociales y el triunvirato piquetero constituido por la CCC, Barrios de Pie y la CTEP. Desde el año pasado, este trío tiene cada vez más presencia en la calle y busca sumar capacidad de presión en alianza con las centrales sindicales. Bastaba ver las columnas que enarbolaban sus banderas en la Plaza de Mayo el jueves pasado para palpar el entendimiento con las CTA.

El punto flaco de esta construcción es la relación con el Gobierno. El Ejecutivo no los convoca a las mesas de diálogo porque no tienen personería gremial y porque, según ellos, "son una oposición muy dura". Por eso, un vínculo más aceitado y cercano de la CTA y la CGT sería también una entrada por la ventana a una discusión más de fondo y con primeras líneas del Gobierno, además de incrementar el poder de convocatoria. Por el momento, se plegaron al paro del jueves y también anunciaron la intención de continuar con el "plan de lucha", que se traducirá en una nueva marcha federal a mediados de año.

Irónicamente, un gran pendiente es la unificación de ambas centrales. Sus dos líderes coinciden en que será en 2018, cuando concluyan los mandatos. Incluso podrían formar una lista conjunta. Ya se dieron varios pasos en este sentido, el último en un plenario conjunto del que participaron más de 1700 representantes de ambas centrales y en donde se determinó la fecha de la movilización a la Plaza de Mayo.

Sin embargo, un duro revés en vista de este objetivo lo sufrió la CTA Autónoma de Micheli cuando Hugo "Cachorro" Godoy, secretario de ATE nacional, se separó, a fines de 2016, y formó la CTA Perón. Así, con el apoyo del histórico dirigente Víctor De Gennaro, se llevó el sector mayoritario de ATE que nutría a Micheli. El motivo de la disputa radicó en que durante todo el año pasado ATE convocó a varios paros a los que Micheli no se plegó. Sin embargo, la personería jurídica la tiene la CTA Autónoma. "Es un espacio sectario", lo definió Micheli.

La unificación, el objetivo último

Pablo Micheli

Líder de la CTA Autónoma

Su liderazgo creció desde ATE, aunque el año pasado el sector mayoritario de los trabajadores estatales, liderado por Hugo Godoy, se separó y formó la CTA Perón. En el pasado criticó duramente a Yasky por no enfrentar al kirchnerismo

Hugo Yasky

Líder de la CTA

Docente y de perfil kirchnerista -pertenece al partido Nuevo Encuentro-, Yasky dirige la CTA desde 2006. Si bien estuvo enfrentado con Micheli en el pasado, la oposición al macrismo volvió a unirlos; hoy planean la unificación para 2018

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