Cambiemos busca frenar una ley de genéricos en el Congreso

Cambiemos busca frenar una ley de genéricos en el Congreso

Impide recetar marcas. Tiene dictamen y la oposición exige tratarla. Daer, lobbysta de los laboratorios.

 

La oposición se unió en la Cámara de Diputados y sin el apoyo del oficialismo y la presión de los laboratorios logró dictaminar en comisión una ley de genéricos para impedir a los médicos recetar medicamentos por el nombre de marca.

Y ahora Cambiemos trata de evitar incluirla en la próxima sesión ordinaria, prevista para junio, cuyo temario ya es motivo de otra disputa cuerpo a cuerpo entre los referentes de todos los bloques en un año donde ya es costumbre pasar semanas con el recinto vacío. 

 

 

 

Se trata de una ampliación de la ley sancionada en 2002 que obliga a escribir los nombres genéricos en las recetas pero permite "indicar además el nombre o marca comercial" y responsabiliza al farmacéutico por sostener o no ese consejo.

 

 

 

El proyecto de la diputada Carolina Gillard (FpV-PJ) que está listo para tratar impide cualquier mención a las marcas en las recetas y obliga a los farmacéuticos a brindar toda la información disponible para garantizar la elección del paciente sin inducciones.

 

 

 

"La libertad de prescripción y de dispensa está garantizada por la elección del principio activo y no sobre especialidades de referencia o marca", señala el texto, que tuvo un inesperado despacho en las comisiones de Salud, presidida por la Gaillard, y la de Defensa de Consumidor, a cargo de la massista Liliana Schwindt.

Ambas se trenzaron en un duro debate de pasillo con Héctor Daer, miembro del triunvirato de la CGT y líder del gremio de empleados de sanidad.

 

 

 

"Ustedes van a destruir la industria nacional", les recriminó el ahora diputado randazzista cuando supo que podían conseguir quórum pese a que Cambiemos había decidido vaciar las comisiones, con los pasos de baile detallados por LPO: esperar que no haya mayoría afuera de la sala y si el FpV-PJ y el Frente Renovador la consiguen entrar a marcar postura y a desentenderse de su frustrada maniobra.

 

 

 

Fue lo que pasó cuando se debatió la ley de genéricos, ante la atónita mirada de los representantes de la industria farmacéutica, que además de hablar con Daer habían confiado en las buenas mañas del experimentado diputado Eduardo Amadeo.

 

 

 

"Hay una relación de poder entre el médico y el paciente y tenemos que empoderar al paciente para que pueda elegir su marca",explicó Gaillard a LPO y contó que el mayor éxito comercial en las recetas ocurre con la amoxicicilina y el enalapril, más conocidos por sus firmas líderes.

 

 

 

"Esto trae un detrimento de los congresos y viajes que pagan los laboratorios a los médicos para que induzcan a los pacientes", agregó la entrerriana.

 

 

 

El rechazo del Gobierno lo fundamentó el macrista rionegrino Sergio Wisky, quien ahora se quedó con la difícil tarea de frustrar la ley en el recinto.

 

 

 

"Esto no va a cambiar nada, porque el que terminará asesorando al paciente es el farmacéutico. Hay que hacer una discusión de fondo y avanzar en una herramienta de precios referenciales", sostuvo ante LPO.

 

 

 

"Tenemos que determinar cuánto paga la obra social y cuánto el paciente y para eso técnicamente no sirve hacer una ley. En el mercado de medicamentos hay mucha asimetría de información y lo que se debe buscar es que el que menos tiene gaste menos en salud", insistió.

 

 

 

Si vuelven a unirse y afianzan socios eventuales el FpV-PJ y el Frente Renovador no estarán lejos del quórum propio en Diputados, por lo que el Gobierno con la ayuda de los laboratorios deberán raspar fino entre aliados y bloques dispersos para no volver a sorprenderse con una ley incómoda, de esas que Macri no duda en vetar.

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