“Antes que Hugo (Moyano) o yo firmemos una baja salarial o una flexibilización salarial, me corto las manos. Vamos a pedir entre un 30 y un 34 por ciento. Y lo vamos a conseguir”, enfatizó en una entrevista al diario Clarín. Cada año cerca del quinto o sexto mes, el sector del autotransporte comienza a crisparse por lo que los empresarios transportistas llaman “uno de los puntos fundamentales” en lo que hace a incremento de los costos del transporte de mercancías en Argentina.

Por esto es que en las últimas horas la entidad empresaria mira el calendario. De manera estratégica busca anticiparse al pedido de recomposición de sus recursos humanos al remarcar que la actividad vive una “situación de marcado descenso” y sus voceros dejan trascender la sugerencia de una paritaria menor a la sugerida por el Gobierno, cuando declaran que “Necesitaríamos incluso que fuese menor al 17%, pero entendemos que los salarios tienen que acompañar. Lo que no se puede reclamar en nuestro sector es una recomposición por lo perdido el año pasado, porque la paritaria fue del 37%”.

Por estos días FADEEAC emitió un comunicado donde destacan que el costo demandado por el ítems personal “registra 4.2 % tras la última cuota del CCT 40/89 vigente devengada en marzo”.

Lo cierto es que la decisión del número final siempre lo pone Camioneros. La realidad es que año a año el sindicato quiebra la pauta salarial y gana la pulseada a los empresarios, que luego de varias reuniones cierran la carpeta y abandonan las oficinas del Ministerio de Trabajo entre cantos de militantes que aguardan el resultado de su paritaria en la puerta.

El reclamo por el  Refot

Por los pasillos de la Fadeeac se rememora el dicho “Todo tiempo pasado fue mejor “en alusión a la década ganada kirchnerista. Hoy les preocupa la productiva de la actividad, porque la trama económica viene enmarañada desde hace años cuando mediante el Régimen de Fomento a la Profesionalización de la actividad (Refop), entre 2005 y 2012 la gestión kirchnerista distribuyó más de $ 1000 millones anuales entre las empresas del transporte de cargas, a través de un mecanismo por el cual se les reintegraba buena parte de los aportes patronales a cambio de que las firmas instrumentaran planes de capacitación y mejoraran los beneficios laborales de los choferes.

Pero al eliminase el régimen o subsidio la entidad reclama ahora los fondos adeudados por el Estado. Desde el ministerio de transporte que lidera Guillermo Dietrich, se buscó ordenar el descalabro de subsidios para que los recursos sean usados de una manera eficiente.