En la cárcel de San Martín, la costosa planta depuradora nunca funcionó y los desechos cloacales van directo a un barrio

Lejos de mejorar las condiciones de los penales, la Intervención del Servicio Penitenciario Bonaerense no hizo más que multiplicar los problemas: como sucedió en otras cárceles, en la Unidad N° 47 de San Martín denunciaron que la costosa planta depuradora nunca funcionó desde que fue instalada, y a pesar de las promesas de la nueva gestión, los desechos cloacales de la cárcel se siguen vertiendo a los terrenos linderos.

 

Sin revelar su identidad por miedo a represalias, un agente de sanidad penitenciaria se comunicó con NOVA y explicó la gravedad del caso: "Los líquidos cloacales no tienen tratamiento alguno, sino que vierten directamente a los terrenos linderos, escurriendo hacia los asentamientos de la zona”.

De este modo, los desechos transportan todo tipo de patógenos a las napas de agua, las que son fuente para muchas personas, principalmente aquellos asentamientos carenciados que no poseen servicios de agua de red. 

Con un importante recorrido en la Unidad, el penitenciario añadió: “En ningún momento se tomaron medidas para poner en régimen a la planta depuradora, nunca cumplió las normas vigentes ni se efectuó reclamo alguno al Ministerio de Infraestructura, como así tampoco se solicitó la asistencia de la Autoridad del Agua”.

Esta situación representa una grave violación a la Ley 5965 y sus decretos reglamentarios, la que prohíbe al Estado  el vuelco de efluentes sin el debido tratamiento, poniendo en serio riesgo la salud de la población en general.

Asimismo, quedó manifiesta la negligencia de los funcionarios del Ministerio de Justicia, del Servicio Penitenciario, del Ministerio de Infraestructura y de la Autoridad del Agua: "Le solicitamos a Gustavo Ferrari que instrumente las medidas necesarias para que se corrija el flujo de los líquidos cloacales y sean tratados de acuerdo a las reglamentaciones vigentes", detallaron en la denuncia presentada ante Guido Lorenzino.

Peligros mortales que no pueden ocultarse

Los líquidos cloacales son peligrosos para la salud porque en ellos proliferan gérmenes, algunos de ellos, muy riesgosos. La contaminación por este tipo de agentes puede provocar desde molestias en el estómago hasta enfermedades complicadas. En personas sensibles o en etapa de crecimiento, puede causar la muerte.

Escherichia coli, salmonella, shigella, leptospira y vibrio cholerae son nombres de gérmenes que no resultan familiares al oído. Pero si hablamos de síndrome urémico hemolítico, hepatitis, fiebre tifoidea, leptospirosis y cólera –enfermedades que se trasmiten por líquidos cloacales– es más fácil de comprender el riesgo.

Hay distintas vías por la que los gérmenes pueden ingresar al organismo. La más común es a través de la boca. Pero también pueden hacerlo a través de los ojos, nariz, oídos o una lesión en la piel. Aunque es menos frecuente, los gérmenes también pueden viajar a través del aire. Esto sucede, por ejemplo, cuando un auto pasa por un desborde cloacal y salpica. Las bacterias pueden viajar a través de pequeñas gotas (que se conocen como “aerosol”) e ingresan al organismo al ser aspiradas.

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