El trabajo infantil es una problemática que preocupa a las autoridades de Carlos Paz, quienes encararon una fuerte campaña para combatir este tipo de prácticas que se repiten durante cada temporada de verano. La premisa de los inspectores municipales es ser "rigurosos” con quienes utilicen a los menores de edad para comercializar productos en las calles y balnearios.

El asesor letrado del Palacio "16 de Julio”, Juan Villa, manifestó a El Diario: "Sabemos que durante la temporada de verano llega mucha gente con chicos a quienes mandan a vender a las calles de Carlos Paz. Esta es una problemática muy sensible y nosotros como municipio salimos a dar una respuesta y a combatir el trabajo infantil”. "El trabajo infantil es un tema que nos tiene que involucrar a todos, porque en los tiempos que vivimos, no podemos permitir que sigan dándose estas situaciones tan despreciables e ilegales”; agregó el funcionario municipal.

"Nosotros estamos trabajando muy seriamente para erradicar el trabajo infantil en Carlos Paz, y somos muy rigurosos y severos frente a estas situaciones. Preferimos que se nos vea en un exceso de celo que en una situación de laxitud respecto a este tipo de prácticas”, puntualizó.

"La semana pasada se inició una polémica por una turista que hizo una denuncia advirtiendo sobre lo que había visto, que una nena se encontraba vendiendo cosas en una vereda. Ante esta situación, nuestros inspectores fueron para evaluar la situación. El padre dice que estaba jugando, pero el hecho objetivo es que el persona actuó correctamente porque la nena tenía una mesita con varios productos, un cartelito con los precios y, si bien es incomprobable, uno entiende que si alguien pasaba y decía quiero llevarme esta pulserita, se la venderían”; dijo el asesor letrado, Juan Villa, consultado por la polémica que se inició con una pequeña de nueve años que habría estado "jugando" a vender bijouterie frente al negocio de su padre en Yrigoyen y San Martín.

"Nos quedamos con la versión del padre de que la criatura estaba jugando, pero pedimos que saque el cartel de los precios y las cosas que se estaban vendiendo y que saliera de la vereda y en el rango de una actividad que había preocupado a una vecina que pasaba por el lugar. No se labró un acta y tampoco se hizo decomiso de mercadería porque entendimos los argumentos del padre y la cuestión terminó ahí, pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados”; completó el funcionario.