La huelga, que comenzó el jueves a la tarde y fue considerada “arbitraria e injusta” por la empresa Micro Ómnibus Norte S.A. (Monsa), se extendió tras fracasar una reunión realizada ayer en el Ministerio de Trabajo entre representante de la cartera, gremialistas y directivos de la empresa.  Los delegados cuestionaron que en esa reunión, el grupo DOTA (a cargo de la línea 60) rechazó cualquier principio de acuerdo”, al negarse a realizar “las acciones correspondientes para normalizar el servicio y destrabar el conflicto”.

Los trabajadores advirtieron, mediante un comunicado, que “no” pueden “permitir continuar trabajando en estas condiciones” ya que esto “constituiría poner en riesgo la vida” de los choferes y de los usuarios.

Al respecto, detallaron que una inspección realizada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo detectó “70 puntos de incumplimiento” en la seguridad de los trabajadores en las cabeceras de la línea, al tiempo que denunciaron “el pésimo estado de las unidades”.

Los choferes afirmaron que estas medidas son para que “no se repita” una muerte como la de David Ramallo, quien falleció el 9 de septiembre pasado, en un accidente con un montacargas en el taller de Barracas.

“Los trabajadores de la Línea 60 volvemos a mostrarnos abiertos al diálogo y con buena predisposición para alcanzar una solución”, resaltaron los trabajadores, quienes lamentaron que “nuestra voluntad y la del Ministerio de llegar a un acuerdo se ven opacada por la intransigencia de la parte empresaria”.