Choripanes, pastelitos, libros, cumbia y cuarteto: el color que tuvo el acto de Cristina en Mar del Plata

Choripanes, pastelitos, libros, cumbia y cuarteto: el color que tuvo el acto de Cristina en Mar del Plata

La Rambla se fue colmando poco a poco y sobre la hora, con una mirada que depositaba una exclusiva atención sobre el escenario que le daba la espalda al Teatro Provincial pero que todavía no permitía encontrar a los protagonistas más esperados: las únicas figuras visibles desde un principio fueron dos enormes pantallas. 

El camino para llegar a aquel escenario ya anticipaba la fuerte expectativa que moviliza la mera posibilidad de escuchar en primera persona los conceptos de su discurso, de verla a ella sin importar las condiciones que limitan el tiempo o la distancia. 

No puede presumirse como novedad, pero no por eso debe dejarse de destacar esa suerte de 'micro-actividad' comercial que se sabe generar en torno a cada una de las presentaciones que encabeza Cristina Kirchner.

Apostados sobre la calle, y ayudados por un clima que garantizó buena compañía, se podían hallar más de 30 puestos ambulantes de todo tipo: venta de choripanes, hamburguesas, churros, pastelitos crocantes, bebidas, remeras, gorritos, encendedores, porta-sube, banderas, mochilas, libros, y hasta aceite de cannabis. 

Los precios, en general, no eran tan variados como el merchandising que se ofrecía a a la vista: los choripanes podían conseguirse por 80 o 100 pesos, lo mismo que una hamburguesa "completa" o una bandera. Las remeras, en las que se lucían lemas tradicionales del kirchnerismo como "Yo no lo voté", "Néstor vive" o "Vamos a volver", eran un poco más costosas: sin importar el modelo, oscilaban en los 300 pesos.

Fue mucha la gente que se acercó para escuchar a la expresidenta, en lo que representó su primer paso por Mar del Plata en esta campaña electoral, pero pocas las ventas, a excepción de algunos vendedores que persistían en el lugar, orgullosos y con la sonrisa propia de tener sus canastas de comida prácticamente vacías.

 

"Está re duro. Te compran muy poco. Pero acá se labura igual", confió a 0223 uno de los vendedores, y otro hombre que había montado una mesa con libros un par de horas antes a la presentación, coincidía: "La gente no tiene plata. Pero lo bueno es que sigue el interés y se consulta. Vamos a estar fritos el día que se pierda el interés por estos libros políticos".

La llegada de Cristina se hizo esperar un poco más de lo previsto: en los días previos, se había anunciado el comienzo de su presentación para las 17 pero ningún momento de la tarde de este viernes hizo pensar que el horario pactado se iba a cumplir. El público, igual, siempre se mostró con fervor.

El mate fue la compañía de muchos y otros, más previsores, llevaron hasta reposeras para alivianar la espera. La cumbia y el cuarteto tampoco cesó de los parlantes del escenario: hits de Gilda, "Ricky" Maravilla, Karina, Rodrigo y otros clásicos mantuvieron cautivos a miles de personas que acompañaron con aplausos y cánticos.

Cristina hizo su primera aparición en escena, exactamente, a las 17.39. En ese instante, la ovación por su arribo realmente dio dimensión de la multitud que rodeaba el teatro elegido para hacer una nueva presentación del libro "Sinceramente". Y demoró apenas un minuto más en hacer su primera intervención en el micrófono.

"Hoy toca Cristina en Mar del Plata", fue una de las primeras frases que atinó a decir sobre el escenario el escritor Marcelo Figueras que acompañó a la precandidata a vicepresidente del Frente de Todos, trazando una comparación muy acorde a las vibraciones del contexto.

En su discurso, Cristina actuó y recibió la respuesta propia de un concierto: el público celebró con aplausos y ovaciones distintas sentencias y le festejó cada uno de los comentarios en los que no evitó cargar todo el peso de la ironía y la crítica para con los Gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

Con el tono y el perfil que la caracteriza, la senadora habló en Mar del Plata durante más de una hora: a las 18.51 agradeció a los presentes y selló su firma en distintos libros. Pero también tenía que hacerse lugar para saludar a la multitud que, en su gran mayoría, la esperó, la escuchó y la aplaudió en el sector de La Rambla.

Pasadas las 19, con el rock de La Renga, Cristina hizo su entrada en escena junto a Axel Kicillof y Fernanda Raverta, los precandidatos a gobernador e intendente que tiene el Frente de Todos, y otra vez se vivió la ovación más grande del público.

La ex presidenta compartió algunas palabras y saludos pero el mayor protagonismo, en esta oportunidad, lo tuvo Kicillof, quien insistió en la necesidad de apostar por un cambio de eje en las políticas de Gobierno que tienen lugar en todo el país y en el territorio bonaerense.

Raverta, por su parte, mostró un rostro de satisfacción como pocas veces se vio en lo que va de su campaña, que ya está próxima a transitar las instancias definitivas: el acto también significó un fuerte espaldarazo para su candidatura por parte de Cristina, del exministro de Economía y del propio público, que en distintas oportunidades coreó su nombre para alentar su llegada a la intendencia.

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