Crece el número de basurales a cielo abierto en la provincia.Contaminación, focos infecciosos y problemas de salud, algunos de los problemas que generan.La acciones del gobierno para erradicarlos parecen no estar dando resultados.

Los incontables basurales a cielo abierto instalados en la provincia como focos infecciosos ponen en jaque la idea de la actual gestión sobre un “Jujuy Verde”.

Demuestran deudas en materia ambiental y ausencia del Estado. Es que las montañas de basura que se despliegan en la periferia de las ciudades ponen en evidencia la inacción del gobierno.

A pesar de que a comienzos del 2016 desde el propio Ministerio de Ambiente reconocían que “un basural a cielo abierto es una tragedia ambiental, sanitaria, social y cultural”, los programas ambientales y las políticas públicas no han surtido efecto para controlarlos.

Según se advierte en la recorrida hecha por nuestro medio, hay un mega basural a cielo abierto ubicado muy cerca de los barrios Antártida Argentina y 18 de noviembre, a metros del río Los Alisos. Sumado a ello, corre por allí agua proveniente de una cañería rota a la altura de Las Tipas.

De los registrados hasta el momento, es el más grande de Palpalá, que en su momento había sido definida como “la ciudad de los microbasurales” por Sergio Barrera, jefe de Epidemiología del Hospital Gallardo.

Cabe recordar que la proliferación de basurales a cielo abierto en la provincia fue señalada como un grave problema ambiental que pone en riesgo la salud de los vecinos.

A pesar de que el gobierno viene desarrollando un plan ambiental desde su asunción, los basurales no dejaron de crecer. De hecho, la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), una de las medidas de la gestión, solo dio magros resultados, con avances más teóricos que prácticos y generando una deuda para la provincia de al menos 30 millones dólares.