Collar de sandías: Para sacárselo de encima, López Medrano será candidato a intendente de San Martín

Collar de sandías: Para sacárselo de encima, López Medrano será candidato a intendente de San Martín

La historia de Santiago López Medrano no es la de cualquier dirigente de Cambiemos, sino que es una que mezcla peronismo, duhaldismo y sindicalismo, en una extraña conexión con incongruentes personajes como Graciela Camaño y Carlos Corach, entre tantos otros. Una vida de grandes logros, como lo fue su manejo del conflicto en el Parque Indoamericano, y grandes derrotas, como las licitaciones plagadas de corrupción y los alimentos enviados por su cartera a los comedores bonaerenses, en mal estado e infestados de ratas. 

 

Antes de ser ministro de Desarrollo, fue subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario, perteneciente al ministerio de Desarrollo Social del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí tuvo su momento de gloria cuando, en medio del conflicto del Parque Indoamericano, irrumpió con la iniciativa de los Centros de Primera Infancia (CPI), que implicó una de las más importantes medidas para destrabar el aprieto. 

Fue poco tiempo después, en los primeros días de noviembre de 2015, cuando la por entonces candidata a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, anticipó que López Medrano sería su ministro de Desarrollo en caso de ganar. Le valió el cargo su carismática personalidad, la resolución de conflictos dentro de la Ciudad Autónoma, pero también su aceitada relación con los gremios y los movimientos sociales. Tampoco estuvo de más su pasado como acérrimo duhaldista de fuertes vínculos con las “62 organizaciones”. 

No obstante ello, su asunción como ministro fue un momento paradójico en su carrera: el punto más elevado, después del cual despertó las sospechas por sus polémicos gustos y negociados.

Al poco tiempo de asumir, López Medrano decidió llamar a una licitación pública, cuyo número de expediente fue el 21705 - 42168/2017-0-0, a través de la cual aceptó gastar más de 1.5 millones de pesos en almuerzo, desayuno y “coffee” para sus funcionarios. Un gasto estrafalario, innecesario e insensato, en una provincia que se endeudaba a un ritmo escandaloso y cuya gobernadora afirmaba, una y otra vez, que se encontraba fundida.

Pocas semanas después, en un escenario de catástrofe natural y productiva en vastos sectores de la provincia a causa de las inundaciones, el ministro de Desarrollo volvió a quedar en el ojo del huracán. En el sector productivo, las pérdidas fueron millonarias. Invernáculos destrozados, cuantiosas pérdidas en siembras y productos ya cosechados que fueron lacerados por la tormenta. Ante esta situación angustiante, el ministro Santiago López Medrano, responsable de la cartera de Desarrollo Social, decidió acercarles rollos de nylon, bidones de agua y pequeños préstamos a tasas de interés. Lo insólito de esta iniciativa, es que mientras el ministro invirtió menos de un millón en ayudar a los afectados, gastó varios millones en ascensores nuevos, aire acondicionado y cátering.

De este modo, el ministro López Medrano fue minando su propia figura, una y otra vez, de un modo insaciable y autodestructivo. El golpe de gracia, de algún modo, lo dio hace apenas algunas semanas, cuando autorizó una licitación pública a llevarse a cabo en la polémica fecha del 31 de diciembre, con lo que a todas luces parece ser el sospechoso propósito de obsequiarle 323 millones de pesos al cuestionado empresario Víctor Lusardi

Fue entonces que alguien, en el círculo íntimo de la gobernadora María Eugenia Vidal dijo basta. Acorralado y falto del apoyo que tienen otros ministros igualmente polémicos como Cristian Ritondo o Gustavo FerrariSantiago López Medrano ya comenzó a hacer sus valijas. Su destino no sería otro que San Martín, la localidad que lo vio nacer y que, en poco tiempo, se propone volver a recibirlo, esta vez como un alicaído candidato a intendente.

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