Un compañero de la UCR

Un compañero de la UCR

Por primera vez, en el entorno del Presidente admiten que se analiza la posibilidad de que un radical integre la fórmula.

 

El presidente Mauricio Macri por primera vez considera la posibilidad de tener un compañero de fórmula radical. Así se lo hicieron saber altos funcionarios a Enrique “Coti” Nosiglia, quien estuvo en la Rosada para plantear los reclamos de la UCR. La flexibilidad que mostraron los interlocutores con el radicalismo es una marca más de las maniobras del Gobierno ante la renovada crisis económica. La selfie de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal fue la otra respuesta a los renovados pedidos de un cambio de estrategia (y de candidato) para octubre. Como en otros momentos de crisis económica y de alza del dólar, el Presidente eligió pegarse a la gobernadora para mostrar que o ganan todos juntos o no se salva nadie. Con esto, buscaron ahuyentar los sordos reclamos de pasar al Plan V, de Vidal candidata a presidenta. Ayer el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, apuntaló esa estrategia: “Creo que es importante para la economía, para los mercados, mostrarnos juntos sin fisuras”.

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La imagen con un estilo “casual” que el Gobierno difundió de Macri y Vidal habla del mensaje que buscan mandar a sectores del establishment: no hay otro plan que no sea la reelección. Ese es el trasfondo de la visita presidencial al retiro espiritual del gabinete bonaerense en Chapadmalal. La crónica del encuentro indicó que el Presidente sorprendió con su presencia a la mayoría de los ministros, que hasta minutos antes estaban criticando la situación económica. El cónclave, se dijo, había sido acordado con la gobernadora bonaerense (en rigor, ante un convite de asistir, no es que Vidal tenga muchas opciones de negarse). Y ocurrió poco después de un pase de facturas de ella hacia él luego de que se descubriera que Vidal fue espiada por la red de la que participaba Marcelo D’Alessio. 

Para quienes están preocupados porque Macri arrastre hacia abajo a Vidal en octubre, la foto cayó como un baldazo de agua fría. Todo estuvo cargado de una nerviosa sobreactuación: hasta la mano derecha de Vidal, el jefe de Gabinete, Federico Salvai, debió abandonar su habitual discreción para afirmar que Macri es el único candidato que consideran.

Como ocurrió con el raid de declaraciones similares de Marcos Peña hace algunas semanas, la necesidad de aclarar eso –que Macri es el candidato y no evalúan otra opción– es la prueba de que hay sectores que lo ponen en duda. “Tenemos un candidato que no mide y nadie se anima a decírselo”, fue la admisión que hicieron en ese momento a este diario desde la administración bonaerense. También advirtieron que la presión para cambiar la candidatura no viene de Vidal, sino de sectores empresariales y políticos.

Cuanto más crece la incertidumbre económica, más insisten los radicales en los errores de Macri y en que cambie su forma de gobernar. La última vez que hicieron ese planteo, en plena corrida de 2018, Macri publicitó el ingreso de Frigerio y de Emilio Monzó a su mesa chica. Fue una puesta en escena: Monzó poco después volvió al ostracismo y abandonará su lugar como presidente de la Cámara baja en diciembre. Si las cosas salen como quiere Macri, lo reemplazará Cristian Ritondo.

Según indicó el periódico Perfil, el sempiterno “Coti” Nosiglia estuvo en la Rosada reunido con Peña y con Frigerio. Renovó el reclamo radical de un lugar en la fórmula presidencial y volvió a pedir abrir las mesas de decisión a los aliados. En el radicalismo hay un doble juego: a la par de esos reclamos, hay sectores que sueñan con abandonar Cambiemos y acompañar una candidatura presidencial de Roberto Lavagna, que ya fue candidato de la UCR en 2007. 

En plan de no perder aliados, en esos encuentros en la Rosada tanto Peña como Frigerio le dijeron a Nosiglia que Macri considerará el pedido de tener un compañero de fórmula radical (Alfredo Cornejo es la opción que barajan los correligionarios). Se trata de una opción que hasta hace meses todos descartaban en la Rosada. “Lo del vice es una alternativa que tenemos que dejar abierta. No estamos para perder nada. Cambió el escenario y tenemos que ser más receptivos”, indicó a este diario un habitante de Balcarce 50 que sigue de cerca esas negociaciones. 

A la vez que se muestran más flexibles con los aliados, la foto Macri-Vidal solo se puede entender como el intento de cerrar filas. Ayer Frigerio lo dijo explícitamente: “Me parece que necesitamos también en esta crisis estar más unidos que nunca dentro de nuestro espacio político y celebro esa reunión. Somos conscientes de las dificultades que atraviesan millones de argentinos y tenemos que ocuparnos de resolver los temas”.

Sobre las críticas de los radicales, Frigerio se mostró comprensivo con las “voces disidentes”. “La gran mayoría de los dirigentes del radicalismo no tienen dudas respecto de seguir trabajando en consolidar Cambiemos, que hoy es el espacio político más importante de Argentina”, insistió, para alejar la opción Lavagna. 

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