Un compromiso colectivo

Un compromiso colectivo

Se trata de una falencia en la toma de conciencia ciudadana. Un menosprecio por la salubridad que, en muchos casos, se ha naturalizado con vecinos que optan por sistemas marginales para sacarse de encima desechos de distinto tipo. Basura: hay más contenedores, falta información

La recolección diaria de los cuantiosos residuos sólidos urbanos que se generan en la ciudad de Córdoba se ubica entre las prioridades dentro de una amplia gama de servicios públicos que presta la Municipalidad.

Es constatable en ese orden que, para que el sistema de la higiene sea sustentable, las empresas prestatarias deben cumplir sin fisuras con sus obligaciones contractuales.

Pero existe, a la vez, un contrato no escrito que no se estaría honrando y que atañe a los vecinos, en cuanto a la separación de los desechos.

No queda al margen de esta gestión la autoridad de control, respecto de habilitar canales de comunicación para instruir a los usuarios sobre las modificaciones implementadas, que, entre otros rubros, contemplan la instalación de contenedores en las principales arterias de la ciudad.

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Al cabo de décadas de políticas erráticas y de prestaciones que se extendieron en un marco de precariedad, en diciembre pasado se puso en marcha un nuevo servicio de recolección de la basura en Córdoba. Las esperanzas de revertir el degradado escenario urbano y de contribuir con la calidad del medioambiente siguen intactas.

Luego de un despegue con altibajos, tanto desde el municipio como desde las empresas admiten que las tareas se van encaminando, aunque restan resolver algunos ajustes. Por caso, sostienen que muchos frentistas todavía no se adecuaron al sistema de contenerización –destinado a separar los residuos secos y húmedos– y que siguen colocando todo en los cestos de basura particulares.

Se trata de una falencia en la toma de conciencia ciudadana. Un menosprecio por la salubridad que, en muchos casos, se ha naturalizado con vecinos que optan por sistemas marginales para sacarse de encima desechos de distinto tipo, los cuales van a parar a basurales a cielo abierto.

Es bueno recordar que el flamante organigrama contempla la recolección gratuita de restos de poda y de desmalezados, como también de descartes de obras y de mobiliarios de gran porte, entre ellos los electrodomésticos, que suelen engrosar los basurales ilegales.

Hay antecedentes que ameritan cambios de conductas. El informe que publicamos el pasado domingo sobre esta temática incluye una encuesta realizada por la organización no gubernamental Green Drinks en la ciudad de Córdoba. El estudio determinó que, ya en 2016, un tercio de los ciudadanos no separaba la basura y que otro tercio sólo lo hacía de forma espaciada.

 

Las metas pensadas en bien de una ciudad limpia y sustentable no serán alcanzadas sin el involucramiento responsable y solidario de todos los sectores, con los servidores públicos y privados como gestores centrales.

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