El "costo salarial" el próximo objetivo en la agenda del Gobierno Nacional

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Desde La Rosada deslizan importantes cambios en el sistema laboral. El fantasma de la flexibilización laboral vuelve a irrumpir en el escenario.

La embestida del Gobierno contra los salarios ya tuvo un capítulo durante 2016. Las paritarias fueron categóricamente derrotadas en la carrera contra la inflación. Así lo ilustró un cálculo de la Universidad de los Trabajadores, que estimó que, para recuperar el poder adquisitivo perdido en 2016, los salarios deberían crecer un 32.8% el próximo año. Con una meta inflacionaria de 17% -de difícil cumplimiento- no parece que el Gobierno vaya a estar dispuesto a ceder tanto.

Distintos gremios y sectores del trabajo se muestran preocupados por las recetas que impulsa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne en sus primeros tramos de su gestión. “Bajar el costo laboral” o más sencillamente, la “flexibilización laboral”, son palabras que nuevamente están rondando en el tablero del trabajo argentino.

"Me preocupa mucho el impacto que tienen los impuestos al trabajo, los ingresos de los que trabajan en el sector informal de la economía son la mitad de los que lo hacen en el sector formal, y esto sin contar que los primeros no tienen protección en caso de despido, ni tienen obra social", sostuvo.

Dijo que estos aportes son "ridículos" y producen una sobretasa del 40 por ciento por encima del salario de bolsillo. "Sobre eso, después el empleado tiene Ganancias y la proporción de la carga impositiva en relación al salario de bolsillo es muy grande", dijo.

Por otro lado, hoy se conoció que el Gobierno Nacional avanza con su proyecto de bajar los impuestos al trabajo dentro de un marco de mayor flexibilización laboral. Los funcionarios evitan hablar sobre ese término, pero el secretario de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación, Miguel Ángel Ponte, confirmó que se planea el regreso del sistema de pasantías y hasta habló que incorporar o despedir a personal debería ser como "comer o descomer".

"La única forma de integrar la educación con el mundo del trabajo es con prácticas formativas", definió Ponte en diálogo con el programa Toma y Daca de "Radio Con Vos". El ex director general del Grupo Techint sostuvo que "la posibilidad de entrar y salir (del mercado laboral) hace a su esencia; es como comer y descomer".

"Si todos ellos no pueden tener una fluida presencia de aprendizaje en el mundo del trabajo y de las empresas, tampoco vamos a tener la posibilidad que aunque haya trabajo, de que haya empleabilidad sobre estas personas", defendió respecto a la posibilidad de instalar un esquema de pasantías o prácticas laborales.

En este marco, los sindicatos están en alerta ante cualquier movimiento que pueda surgir. “Esto ya lo vivimos y no sirvió para nada. Solo benefició a los sectores concentrados de la economía y llevó a la situación de diciembre 2001. El Gobierno está eligiendo un camino nuevamente equivocado. No genera el verdadero trabajo ni trabajo digno”, advirtió el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, Pablo Micheli, ante el anuncio gubernamental de una inminente reforma laboral que reinstale el régimen de pasantías.

En declaraciones a Radio 10, Micheli llamó a las centrales obreras a frenar la medida. Contó además que en una reunión que mantuvo con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en agosto pasado, el funcionario "dijo que no iba a haber ninguna reforma laboral y después empezó a circular proyecto empleo joven y ahora lo están diciendo abiertamente".

Por otro lado, el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky cuestionó a los "diarios que reflejan el pensamiento del Gobierno" y que "hablan de bajar el costo del trabajo diciendo que los salarios son altos y tenemos demasiado impuesto al trabajo". "Es una trampa para vendernos otra vez las viejas políticas de flexibilización laboral que traerán más hambre y desocupación", señaló el dirigente de la CTA.

La embestida del Gobierno contra los salarios ya tuvo un capítulo durante 2016. Las paritarias fueron categóricamente derrotadas en la carrera contra la inflación. Así lo ilustró un cálculo de la Universidad de los Trabajadores, que estimó que, para recuperar el poder adquisitivo perdido en 2016, los salarios deberían crecer un 32.8% el próximo año. Con una meta inflacionaria de 17% -de difícil cumplimiento- no parece que el Gobierno vaya a estar dispuesto a ceder tanto.

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