En lo que es una de las crisis del transporte más importantes de los últimos años, los choferes de colectivos paralizarán el miércoles buena parte de los servicios de la zona metropolitana. Se sumarán a sus pares del interior en huelga desde hace semanas por el no cobro de los salarios.

La definición la tomó el sector referenciado con Miguel Ángel Bustinduy, opositor al golpeado Roberto Fernández, y se concretará el próximo miércoles 3 de junio. Se espera que alcance a más de 80 líneas cuyos recorridos se realizan por la zona metropolitana. 

"La dramática y crítica situación salarial en que se encuentran tanto los conductores de larga distancia, como así también los trabajadores del interior, en las Provincias de nuestro país, 'representados' en la UTA exige profundizar los mecanismos de defensa que permitan paliar el estado de necesidad alimentaria que padecen, ante la inhumana y egoísta postura empresarial", explicó la comunicación de la agrupación Juan Manuel Palacios.

Desde la oposición lo acusan al "Gallego" Fernández de tener "oscuros intereses" por los que abandonó a los trabajadores y le recuerdan que "la Unión Tranviarios Automotor es un gremio con actuación en todo el territorio argentino, debiendo cumplirse la manda constitucional de igual salario por igual trabajo".

La situación de crisis de la actividad, el abandono político de buena parte de las seccionales del interior hacia el liderazgo de Fernández y ahora esta decisión opositora, pondrán de manifiesto el miércoles, en su punto máximo, la frágil situación de la conducción nacional de la organización gremial.

En paralelo, en el interior siguen las protestas multitudinarias por el no cobro de salarios, que esta semana tuvieron su máxima expresión en Rosario y en Córdoba. Aún con aislamiento, cientos de conductores salieron a las calles para reclamar el cobro de sus haberes.