Desde la central obrera cuestionaron la decisión de separar de sus cargos en el Gobierno a Ezequiel Sabor y Luis Scervino, dos hombres vinculados al mundo sindical, luego de la marcha del martes. “Es de manual político este tipo de represalia”, señalaron.
La movilización convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) generó un fuerte impacto en las esferas políticas, más allá de los discursos emanados desde el Gobierno nacional que apuntaron a señalar la marcha como una maniobra política. Prueba de ello es que la jornada del martes terminó con dos funcionarios del riñón sindical separados de sus cargos.
En este contexto, el secretario de Prensa y Comunicación de la CGT, Jorge Sola, consideró ayer que el desplazamiento de dos dirigentes cercanos al movimiento obrero constituye una maniobra “de manual” de parte del Presidente Mauricio Macri para intentar “dar una muestra de que puede disciplinar” al sindicalismo.
“Es de manual político sentir que puede tomar este tipo de represalia”, sostuvo Sola sobre el apartamiento de Ezequiel Sabor y Luis Scervinode la Vicejefatura del Ministerio de Trabajo y la Superintendencia de Servicios de Salud, respectivamente. Mauricio Macri “quiere dar una muestra de que puede disciplinar a través de esto”, dijo el vocero de la CGT, y criticó el hecho de que prácticas que desde el macrismo eran cuestionadas al anterior gobierno sean “puestas en marcha ahora”.
Con respecto a la separación del cargo de Scervino, Sola aclaró que este dirigente “no es alguien que milite gremialmente sino que tiene y ha tenido buen diálogo con nosotros, y es el que le ha permitido a Macri obtener 8.000 millones de las obras sociales para poner en marcha su plan nacional de salud”.
Por su parte, el propio exsuperintendente de Servicios de Salud señaló ayer que es “incomprensible” su apartamiento del cargo que desempeñaba y reveló que el argumento del ministro de esa cartera, Jorge Lemus, para pedirle la renuncia fue que hubo “cierta incomodidad de un sector del Gobierno con la marcha de la CGT”. “Tengo relación con el sector de obras sociales y conozco la dirigencia sindical, pero eso no significa que yo sea militante del sindicalismo”, aclaró.
Horas después de la marcha de la CGT, el Presidente Mauricio Macri ordenó pedir la renuncia de Luis Scervino, un hombre ligado a la central obrera, que se encargaba, entre otras cuestiones, de manejar las obras sociales sindicales. Scervino había sido designado en el cargo pocos días después de la llegada del exjefe de Gobierno porteño a la Presidencia y su nombramiento había sido interpretado como un gesto hacia la dirigencia gremial.
Desde el oficialismo, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, justificó la decisión de Macri y dijo que tiene que ver con “un alineamiento de equipo interno, ordenar las piezas”, y no con “otro tipo de situación”. Santilli calificó, además, de “política” la movilización a Plaza de Mayo y criticó a la CGT por quejarse “en vez de buscar mesas de diálogo”.
En este sentido, y con respecto a los cuestionamientos políticos y los señalamientos hacia alguno hechos de violencia que se produjeron, Jorge Sola dijo que lo que buscan es “poner el árbol para no ver el bosque”. “Se deja de lado una movilización numerosísima, con cerca de 200.000 trabajadores en las calles, con un movimiento unido confederado. Ayer quedó en claro qué es lo que piensa el movimiento obrero, qué es lo que necesitamos y hacia dónde vamos”, afirmó.
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