La crisis despertó una nueva modalidad de delito en perjuicio de las Estaciones de Servicio

La crisis despertó una nueva modalidad de delito en perjuicio de las Estaciones de Servicio

Si bien los robos expres siguen estando al tope de los hechos de inseguridad, ahora los expendedores denuncian que son numerosos los automovilistas que se van sin pagar la carga de combustibles.

La exposición continua a la que están sometidas las Estaciones de Servicio y la disponibilidad de efectivo de sus empleados las hacen blanco permanente de hechos delictivos. No hay comercio en el país que no haya sufrido un asalto, incluso uno, una expendedora de Tolosa en la provincia de Buenos Aires, alcanzó el lamentable record de 360 en 10 años.

La modalidad preferida son los robos expres, generalmente perpetrados a manos de “motochorros”. Amparados en la oscuridad de la noche y la soledad de las playas de maniobras, amedrentan al playero para hacerse del efectivo que lleva en la billetera.

“Son siempre armados y cada vez más violentos, de noche muchos negocios ya no pueden trabajar”, asegura el Secretario General del Sindicato de empleados, Carlos Acuña. “Los trabajadores son víctimas de asaltos y agresiones permanentes, sus vidas están en juego y así no se puede seguir”,  advierte el dirigente.

Tal circunstancia impulsó a numerosos empresarios a dejar de despachar una vez que las luces del día comienzan a esfumarse. La preocupación también los llevó a reunirse con la Ministra Patricia Bullrich para reclamar mayor presencia policial y otras medidas de acción directa para combatir este flagelo, aunque sin demasiados resultados.

No obstante, una nueva característica de delito comenzó a acrecentarse por estos días. Si bien en general no son hechos violentos que atentan contra la seguridad de los playeros, no dejan de ser preocupantes.

¿De que se trata? De automovilistas que se van sin pagar la carga de combustibles. “Algunos lo hacen ante una distracción del empleado, otros menos frecuentes, amenazándolo con un arma”, explicó un operador a surtidores.com.ar.

“La mayoría de los casos son motos, pero los autos se involucran cada vez más”, precisa el estacionero. “Un tanque representa varios miles de pesos, así que el perjuicio económico es importante. Tomamos nuestros recaudos pero muchos son vehículos que no levantan ninguna sospecha”, lamentó finalmente.

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