Crisis en gremio industrial le suma un nuevo aliado a la campaña de Cristina

Crisis en gremio industrial le suma un nuevo aliado a la campaña de Cristina

La conducción del SMATA salió ayer a despegarse de su dirigente Oscar Romero, candidato a diputado por el espacio de Florencio Randazzo.

 

La crisis interna en el gremio de los mecánicos (SMATA), que había adelantado este diario en junio, terminó por detonar ayer con una declaración formal para desautorizar al diputado Oscar Romero, dirigente de ese sindicato, y negar cualquier vinculación con el espacio político de Florencio Randazzo, lo que abrió las puertas para una incorporación a la campaña de Cristina de Kirchner. Esa eventual definición será, de paso, un revés para el Gobierno que consideraba al secretario general de la organización, Ricardo Pignanelli, como un aliado. 

El SMATA emitió ayer un comunicado en el que blanqueó su salida del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que orientan el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, y que opera como grupo por ahora disidente de la conducción de la CGT. Pero también el gremio de mecánicos aclaró que ni siquiera pertenece a la central sindical, a la que dejó de aportar su cuota años atrás luego de una de sus tantas divisiones internas. 

El eje de la comunicación, sin embargo, fue despegar del gremio a Romero, quien es todavía secretario de Relaciones Institucionales de la organización. El dirigente, diputado nacional por el Frente para la Victoria con mandato hasta diciembre, se alió al espacio de Randazzo desde el que buscará en octubre su reelección en el cuarto lugar de la nómina por la provincia de Buenos Aires (con pocas chances, de acuerdo al resultado de las PASO) a espaldas de la conducción nacional del sindicato. 

Ese movimiento disparó una crisis sin precedentes en uno de los principales gremios industriales, con consecuencias en la campaña electoral, el ordenamiento de los grupos de pertenencia de la CGT y también en la dinámica de la propia central, sumergida en una nueva disputa por la hegemonía para después de octubre. 

La jefatura del SMATA desautorizó a Romero por haber presuntamente ostentado "esa representación" de dirigente del gremio para ubicarse en la nómina de Randazzo. "La actualidad política se alimenta lamentablemente más de trascendidos que de verdades y, como señala el dicho, el que calla otorga. El SMATA está obligado a informar a sus trabajadores y a la población que no tiene ninguna vinculación con el espacio de Randazzo y, mucho menos, a partir del señor Romero", señala el texto. 

El comunicado fue más allá: la organización aclaró, de paso, que no pertenece al MASA (el grupo sobre el que se apalancó Romero para definir su postulación) "como tampoco a la CGT o a ningún otro espacio gremial". Se trata de una aclaración que promete repercutir en la central obrera por tratarse de un sindicato grande (alguna vez se lo identificó con los "gordos") con unos 100 mil afiliados de buenos salarios y gran capacidad de movilización y presión. 

En medio de la campaña Pignanelli aprovechó para despegarse también del Gobierno luego de la foto que compartió con Mauricio Macri durante la inauguración de un sanatorio del sindicato. Sostuvo en el escrito que el gremio "no fue aplaudidor antes y no es obsecuente ahora" y que negocia con "el gobierno de turno para hallar soluciones a los problemas de la industria, sin anteponer el qué dirán de una foto al bienestar de los trabajadores, sin perder la esencia peronista y honrando esa doctrina". 

Aunque el comunicado no lo explicitó, el gremio que desde lo formal dejó "en libertad de acción" a sus afiliados para las elecciones legislativas- prevé blanquear una mayor cercanía a Cristina de Kirchner.

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