Cristina se reunió con intendentes para evitar fugas en el tramo final

Cristina se reunió con intendentes para evitar fugas en el tramo final

La ex presidenta se mostró optimista y buscó contener a los díscolos. La tesis K de que perder no sería una tragedia

De fiscales y de mensajes virales en redes. Cristina Kirchner se mete en todos los detalle: se convirtió en su jefa de campaña, es la gerente de logística electoral y opera, a veces, como psicóloga para trasmitir optimismo ante las caras de preocupación.

 

Anoche, la ex presidente desarrolló esa triple tarea durante la cena con intendentes peronistas en una quinta en Escobar. Repartió ánimo y repasó los últimos días de campaña: a que distritos "bajar", sobre qué ejes asentar el discurso.

Juntó a los alcaldes de zona sur y del oeste del conurbano, el continente electoral que los operadores del PJ llaman "tercera grande", donde sacó el plus para ganar las PASO, Es el voto propio que debe retener.

Además de Ariel Sujarchuk, anfitrión que además hoy la recibirá con un acto en Savio, hubo asistencia casi perfecta: Leo Nardini -de Malvinas Argentinas, donde ayer ""campañeó"" Cristina -, Jorge Ferraresi (Avellaneda), Walter Festa (Moreno), Julio Pereyra (Varela), Gustavo "Tano" Menéndez (Merlo), Martín Insaurralde (Lomas) y, entre muchos otros, Fernando Gray de Echeverría.

Hubo una silla, también, para Fernando Espinoza -jefe con licencia del PJ bonaerense- y para Mayra Mendoza, la diputada y única mujer de la "mesa chica" de La Cámpora, que es la "sombra" de la ex presidente.

Cristina convocó a los alcaldes para ordenar el tramo final hacia el 22-O y para medir lealtades. El miércoles pasado, tres intendentes -Menéndez, Nardini y Maggiotti- se reunieron con Miguel Ángel Pichetto, foto que no cayó nada bien.

En el Instituto Patria midieron esos gestos como desmarques y los atribuyeron a augurios de derrota. Por eso, para evitar fugas anticipadas o que algunos jueguen a media máquina, Cristina los convocó y puso en la agenda los dominios de los peronistas díscolos.

Con cada dirigente que habla, se esfuerza por trasmitir optimismo sobre el resultado de octubre y, a la vez, plantea que una derrota no sería trágica. "El objetivo es sacar los dos senadores pero perder, con 37 o 38%, sacando 3 millones y medio de votos, es un buen resultado para discutir el 2019", explican a Clarín en el entorno de Cristina la tesis de "ganar perdiendo"

Se cuidan en un detalle: hablan, a tono con el léxico de su jefa, de "peronismo" y no de kirchnerismo. "Con 37 nuestros más lo de Sergio y lo de Florencio, el peronismo queda como opción ganadora para 2019, al menos en la provincia", proyectan.

En su relato de fe, Cristina repite que las encuestas que circulan, aunque la dan abajo, están dentro del margen de error. Una medición propia la ubica 1,4 puntos abajo de Esteban Bullrich pero, dicen a su lado, el resultado está abierto.

En el staff K recuerdan que, antes de las PASO, la encuesta de Jaime Durán Barba ubicaba a Cambiemos 0,7 arriba y el resultado final fue 0,4% abajo. Entre los intendentes, el clima es menos amable porque ven un sprint de María Eugenia Vidal la última semana como ocurrió antes de las PASO.

Tampoco los convence, a la mayoría, el argumento K de "ganar perdiendo", tesis que se sostiene en la idea de obtener 37-38 puntos, dos menos que Bullrich, pero quedar claramente posicionado como el espacio con más volumen del campamento opositor.

Cristina, dicen a su lado, apuesta a que Sergio Massa y Florencio Randazzo no se diluyan, dos nichos de votos de los que podría nutrirse Cambiemos para rondar los 40%, un techo que se perfila inalcanzable para la ex presidente.

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