En cuarentena, más platenses se enganchan a los cursos virtuales

En cuarentena, más platenses se enganchan a los cursos virtuales

Ya sea para retomar un hobby que tenían pendiente o para usar los momentos disponibles en algo provechoso, muchos se prenden a las propuestas en línea. Historias y consejos.

Como si se tratara de un desprendimiento de las carreras por correspondencia, que durante décadas capacitaron a personas alejadas de los centros educativos, los cursos on line son una oportunidad para quienes en la cuarentena el día se les hace interminable y quieren emplear algunas horas en algo provechoso o retomar un hobby pendiente. En ese contexto, las plataformas digitales ofrecen, por ejemplo, cursos de fotografía, clases de canto, técnicas de ilustración o enseñanza de idiomas. Si bien las cuotas de las clases virtuales pueden rondar entre los mil y mil quinientos pesos, también hay muchos cursos que son gratuitos.

Para tener éxito con una clase virtual, tanto docentes como alumnos coinciden en que, más allá de tener ganas y el soporte técnico necesario, es imperioso adoptar algunas rutinas. Además de participar de las clases que se hacen a través de diferentes plataformas –las más usuales son Zoom y Google Classroom-, hay que cumplir con las tareas y, para eso, se recomienda elegir determinados momentos del día y un ambiente de la casa que facilite la concentración.

APROVECHAR EL TIEMPO VACÍO

Desde su departamento de la zona de 58 y 9, Juan Domingo - 57- dice que siempre fue un apasionado de la fotografía y, ahora, estar aislado y sin poder visitar a su familia le hizo considerar la idea de hacer un curso para aprovechar el tiempo vacío.

“Yo hago el curso de fotografía inicial, participo de un grupo de Facebook en el que nos encontramos los viernes de 19 a 20:30 y suben videos explicativos, y después se hace una reunión por Zoom donde se plantean las dudas y se dan las tareas”, cuenta Juan Domingo, y agrega que el valor de la cuota es de $1.400.

Fabio Scarsella, uno de los docentes a cargo de los talleres, señala que hay varios niveles de enseñanza de práctica creativa y que cada uno dura cuatro meses. Al finalizar, se hacen muestras virtuales con los trabajos de los alumnos.

También quiso experimentar con las nuevas metodologías de aprendizaje Nicolás Herrera, Doctor en Ciencias Sociales y Docente de la UNLP, quien completa virtualmente su tercer año de inglés en la Escuela de Lenguas.

Seguir aprendiendo el idioma es una necesidad para el sociólogo y la modalidad virtual es ahora la única vía posible de hacerlo. “Sin dudas requiere más disciplina que la opción presencial, si no te armas una rutina de estudio es complicado avanzar porque de tener dos clases presenciales pasamos a tener una sola virtual; el resto de la semana depende de cada uno ponerse al menos un día más a estudiar o a hacer tareas”, asegura.

Entre los aspectos que dificultan el aprendizaje enumera las cuestiones técnicas, como cuando se corta el servicio de internet o la luz y se pierde la clase. También está la cuestión del espacio físico porque no en todas las casas se dispone de un ambiente tranquilo para participar del curso.

“Al estar en casa siempre algo interrumpe la clase: puede ser algún familiar, el timbre o el teléfono fijo, en el aula presencial eso no pasaba y la concentración era mayor”, cuenta Nicolás.

En relación a la docente, explica que no sólo está pendiente de cuestiones gramaticales, de pronunciación o cuestiones pedagógicas, sino también de las técnicas, como habilitar el ingreso de estudiantes al aula virtual o que todos vean y escuchen el material que presenta en varias pantallas.

“Creo que hay que pensar las clases virtuales como complementarias a las tradicionales y analizar que todo este proceso no hizo más que visibilizar desigualdades sociales y, en algunos casos, las ha acentuado”, dice Nicolás. Para ejemplificar, el sociólogo agrega que no todos tienen un espacio adecuado para estudiar en su casa, una computadora con internet o que hay barrios en los que la conexión es mala.

En su deseo de no perder los conocimientos de italiano, Silvina Costilla comenzó hace un mes un curso del que se enteró a través de Instagram. “Para mí es un refuerzo porque arranqué a estudiar ese idioma el año pasado y este me interesó porque lo organizan desde Italia, está pensado para viajeros y es gratuito”, cuenta.

El curso “L´ italiano a casa tua” ofrece video lecciones, podcasts, ejercicios gramaticales y conversaciones. “Nos mandan algunas tareas y la evaluación se hace a través de preguntas que aparecen en la página y uno debe responder”, agrega Silvina, quien está muy satisfecha con la propuesta que le permite refrescar los contenidos que adquirió el año pasado y contactar con italianos nativos.

REENCONTRANDO FACETAS PROPIAS

La consigna de la periodista Fernanda Megias es aprovechar el encierro para reencontrarse con su faceta de dibujante, por eso no dudó en inscribirse en las clases virtuales y gratuitas de humor gráfico que ofrece la secretaría de Cultura de Villa Gesell. El curso es dictado los martes y jueves por el ilustrador Martín Favelis, de extensa trayectoria no solo en Argentina sino también en España, donde trabajó para importantes medios gráficos.

“Siempre me gustó dibujar y en los encuentros virtuales a través de Zoom compartimos nuestras ilustraciones, se hacen correcciones y sugerencias”, dice Fernanda. Las técnicas son de las más variadas, algunos hacen sus dibujos a mano, otros para darle vida a sus creaciones optan por usar la PC o hacer fotomontajes.

Muchos de sus compañeros llevan tres años en el curso que inicialmente tomaron de manera presencial en Villa Gesell y que ahora hacen por internet, algo que permitió que se sumaran personas de otros lugares como Fernanda que, aunque nació en esa ciudad, reside desde hace años en La Plata.

Con el entusiasmo propio de quien hace algo que anhelaba desde hace mucho tiempo, al principio Fernanda presentaba por clase tres viñetas, que surgían luego de leer los diarios y sentir la necesidad de reflejar diferentes acontecimientos de la actualidad, a través de la ilustración humorística.

El curso le permitió interiorizarse en la historia del humor en la Argentina y, también, incorporar reglas del humor gráfico vinculadas a las formas de presentar ese particular mensaje.

“Los arquitectos hacen dibujos diferentes, otros optan por hacer bocetos sin demasiados detalles y también hay discapacitados que logran dibujos completamente diferentes, pero muy efectivos”, afirma la periodista que también valora el hecho de participar de charlas virtuales con reconocidos referentes de esa actividad como Turcios, uno de los mejores caricaturistas del mundo.

CORO, EN LÍNEA Y PARA TREINTA

Con la misma fuerza de voluntad y la convicción de que el arte puede enriquecer a las personas, el profesor de música Martín Retamosa ofrece cada jueves a las 19 un taller virtual de canto para unos 30 coreutas, padres de chicos que asisten al colegio Corazón Eucarístico de Jesús.

El docente comparte actividades a través de la plataforma Classroom, ejercicios que consisten en cantar un segmento de una canción y enviar el video o la grabación al docente que luego ensamblan las voces en un video.

Las dudas, propuestas y correcciones se plantean en Zoom o a través de un grupo de Whatsapp que, con sentido del humor, bautizaron Coro_Navirus.

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