Las cuatro fallas clave de la seguridad que facilitaron los incidentes en la marcha de la CGT

Las cuatro fallas clave de la seguridad que facilitaron los incidentes en la marcha de la CGT

Hubo problemas con las vallas y faltaban autos y ambulancias para evacuar. El panadero Abel Frutos, a cargo de la organización, en la mira. 

En sectores sindicales acusan de "incompetencia" a la organización de la protesta de ayer de la CGT, que por primera vez en mucho tiempo terminó con incidentes. Hasta que Hugo Moyano se mantuvo en la secretaría general de la central obrera, todos los actos estuvieron organizados por Camioneros. El de ayer, en cambio, quedó en manos de Abel Frutos, líder de los Panaderos y secretario de Finanzas cegetista.

Entre los desaciertos que se le recriminan a la organización figuran:

1.

Que no se dejó un "pulmón" seguro frente al palco principal. Así, exactamente frente al escenario, pudo verse a mucho activismo sindical. Las vallas que rodeaban a esa zona supuestamente más segura eran incluso demasiado bajas, con lo que podían saltarse sin problemas.

2.

Con las vallas se apunta otro "grave" inconveniente: no estaban atadas con alambre entre sí, con lo que resultó simple moverlas e incluso levantarlas.

3.

Lo habitual en los actos organizados por la logística de Camioneros era que detrás del palco principal hubiera dos ambulancias -una de ellas de alta complejidad- y tres autos.

Esos cinco vehículos estaban pensados para una eventual necesidad de una evacuación urgente de los dirigentes. Es más: lo tradicional era que Hugo Moyano se fuera después de los actos en una de las ambulancias.

4.

Atrás del escenario, además, antes había un estricto cordón de seguridad, que ayer no estuvo.

La versión, ayer, en ámbitos sindicales era que Luis Barrionuevo estaba "furioso" con Frutos. Se decía incluso que el panadero había ofrecido su renuncia, pero ésto fue desmentido por Frutos.

Algo más: lo que más irritó a los popes sindicales no fue el desmadre con el que terminó el acto ni el eventual uso político que hará el Gobierno de los incidentes. Lo que más los molestó fue ver que activistas de izquierda y kirchneristas se trepaban al atril con el logo de la CGT. "Fue como que te robaran la bandera", explicaron en un poderoso gremio.

Pablo Moyano, uno de los que recibió los mayores insultos, apuntaba ayer en la intimidad a militantes K de Berazategui como los que habían empezado el agite. Y más: contó que "mandaron mujeres para que las dejaran pasar. Tenían pecheras naranjas, típicas de ese municipio". Fueron el señuelo: detrás de ellas se coló el resto y ya hubo insultos, golpes y disturbios para todos.

 

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