Dante Sica: "Hay que romper la caja con la que venimos pensando el mundo del trabajo"

Dante Sica:

El ministro de Producción y Trabajo dijo que no habrá reforma laboral este año, pero planteó la necesidad de nuevos marcos regulatorios 

Que ganarán las elecciones. Que la economía ya da muestras de "estabilidad" y que el combate contra la inflación está más cerca de la victoria. Con esas ideas intentará atraer hoy el ministro Dante Sica a empresarios y potenciales inversores de este país. El responsable de la cartera de Producción y Trabajo aprovechó el escenario de esta ciudad para hablarles a los sindicatos argentinos sobre la necesidad de que acepten normas de relación laboral más acordes con los tiempos que corren. "No habrá reforma laboral" este año, dijo. Pero dejó bien claro que las cosas deben cambiar respecto del modelo "cerrado y corporativo" que, desde su perspectiva, vino imperando hasta ahora en el espacio de la dirigencia sindical.

"Tenemos que romper la caja con la que hemos venido pensando el mundo del trabajo en estos últimos años", subrayó. Un llamado que apuntaló con un diagnóstico sobre las nuevas generaciones que se suman al mercado laboral. "Un joven que se incorpora hoy al mundo del trabajo desarrollará toda su actividad en los próximos años con un modelo que no es el que hemos venido trabajando hasta ahora", aseguró.

Sica llegó a Madrid para representar al país en la conferencia de "ministras y ministros" de Trabajo de América Latina, que delibera aquí bajo el paraguas de la Organización Internacional del Trabajo. En esa condición le tocó participar en un panel sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo laboral.

Fue llamativo el modo en que su intervención influyó en el curso del debate. Hasta ese momento los representantes de la mayoría de los países hablaban del temor que genera la reconversión laboral y el "techo de cristal" de las políticas de género. Sica pareció apuntar desde otro costado al cuestionar si "los conceptos que hoy conocemos sobre derechos del trabajador" también tienen que cambiar y la necesidad de que la dirigencia sindical se sume a ese debate con una mirada adaptada a estos tiempos.

El ministro coincide en Madrid con la vicepresidenta Gabriela Michetti, que hoy será recibida por el rey Felipe VI, con quien ajustará detalles de su próxima visita a Buenos Aires. Lo que sigue es una síntesis de la conversación que LA NACION mantuvo con el ministro.

-Hace dos años el presidente Mauricio Macri hablaba de una ola de inversiones españolas. ¿Por qué no se produjo y qué hay que corregir para que ocurra?

-Hubo inversión profunda en sectores como energía, minería y construcción. La inestabilidad que nos generó la parte macro de la economía nos afectó un poco más y golpea fuertemente a toda inversión.

-Luego de todo eso, ¿por qué una empresa internacional invertiría en la Argentina?

-Las personas tienen un buen nivel de educación. Si bien la economía se ha paralizado, hay mucho potencial para cuando la situación mejore. Ahí reside su atractivo. Si se logra controlar la inflación y sigue habiendo estabilidad política, dependiendo del resultado de las elecciones, el país es potencialmente una tierra de oportunidades. Soy una persona muy optimista y veo que ahora es el momento de afianzar que estamos acá para ser parte del futuro desarrollo.

-¿Hay modo de revertirlo?

-Tenemos que dar señales claras de estabilidad económica.

-¿Qué les dirá a los empresarios e inversores españoles?

-Les daré información de primera mano sobre la situación económica. Estamos empezando a ver mejores señales de estabilidad. Estamos mucho mejor que el año pasado. Hay un rezago en la actividad microeconómica, pero en eso también somos optimistas.

-La inflación parece desmentirlo.

-Es verdad que no está en los niveles que querríamos, pero es una batalla que ganaremos. La Argentina tiene un fuerte componente estructural y cultural inflacionario. Romper esa inercia lleva su tiempo.

-¿Se gana una elección con esta inflación?

-Estoy convencido de que ganaremos. En parte porque la economía estará mejor hacia fin de año y porque derrotaremos la inflación.

-El Presidente escuchó esta semana un reclamo para que "hagan algo". Usted habla de cambios a 15 años, pero la batalla está en las góndolas.

-La batalla está en todos lados. Sería más fácil tomar medidas que generaran la ilusión de una mejora, como se ha hecho en el pasado. Pero eso lleva a otras crisis.

-Usted habló de la necesidad de cambiar el paradigma laboral. ¿A qué apunta?

-Esa es en la Argentina una discusión exacerbada y llena de prejuicios que fácilmente cae en lo ideológico. También el sector privado y el político lo hacen. Pero la verdad es que el mundo del trabajo que viene, y que ya está, tiene otros desafíos que no encuentran respuesta en la caja con la que hemos pensado el mundo laboral hasta ahora.

-¿Habrá reforma laboral este año?

-Hay mucho cliché en eso. Lo que tiene que haber es más diálogo. El principal problema del mercado laboral es la informalidad. Y eso no se soluciona solo con crecimiento económico, sino con marcos regulatorios acordes. También al mundo empresarial le cabe su responsabilidad. Es un debate que no puede ignorar nadie.

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