Por: Rodolfo Amado Daer.

“Los problemas argentinos se resuelven con métodos argentinos”, señaló sabiamente nuestro indiscutido Líder. Y de eso sabía mucho.

Como estadista que fue, Perón supo prever los grandes cambios del Siglo XXI. A principios de los años 40 intuye y percibe que ha llegado la era del tiempo social y cuando es designado en la Secretaría de Trabajo y Previsión impulsa la organización de los trabajadores, condición indispensable para la irrupción del protagonismo del mundo del trabajo  en la sociedad argentina y luego comienza la bateria de leyes laborales y sociales que ya no tendrán vuelta atrás en el país. 

Adelantado a su época nos habló de ecología, globalización y nuevas relaciones productivas. Por esto último, en su tercer gobierno, impulsó la relación comerciales con los países del África, muchos de ellos de reciente independencia del yugo colonial, y con la India.

Durante sus primeras presidencias se ocupó de que se legislara sobre el uso de la tierra con la Ley de aparcerías rurales, la Constitución de 1949 y la creación de la Subsecretaría de Ambiente a cargo del Ministerio de Economía.

En la cumbre de Estocolmo de 1972, demostró ser uno de los pocos líderes mundiales que tenía muy en cuenta la cuestión de los recursos naturales. Su impronta le dio el puntapié inicial a los organismos de protección ambiental tal como se conocen hoy. 

En su “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo" les reclamó que “cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobrestimación de la tecnología”.

El Líder argentino decía: “es necesario revertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional. Tal concientización debe originarse en los hombres de ciencia, pero sólo podrá transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos”.

Perón supo articular para su tiempo las grandes estructuras y acondicionarlas para enfrentar los desafíos futuros, con la finalidad de no ser sorprendido por la situación que, sabía, llegaría indefectiblemente. Lo que se dice un previsor. 

Como efectivo homenaje a su memoria, nos corresponde a quienes continuamos aplicando sus enseñanzas y practicando su doctrina nacional imbuida de solidaridad, retomar esta faceta inconclusa y llevarla a la práctica para felicidad de todos los argentinos y grandeza de la Nación que tanto amó Perón.