El desafío de reducir el uso de plásticos

El mundo necesita repensar, en forma urgente, la manera en que se fabrica y se utiliza el plástico. Así, en esos términos, lo plantea el llamado de atención que hace la Organización de Naciones Unidas, cuyos expertos advierten que si no se adoptan medidas inmediatas, el planeta llegará al año 2050 con un problema mayúsculo: existirán cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en basureros y en el océano.

La ONU estima que alrededor de 13 millones de toneladas de plástico son arrojadas en los océanos cada año, afectando la biodiversidad, la economía y potencialmente la salud de la población mundial. Y lo que más preocupa a los especialistas de la organización internacional es que de continuar las cosas como están, la producción de plástico no solo crecerá, sino que se duplicará en las próximas décadas.

La Argentina, por supuesto, no está libre de este grave problema. Según estimaciones de distintas organizaciones ambientalistas, en nuestro país se consume alrededor de 1,8 millón de toneladas de plásticos por año pero solo se recicla el 24 por ciento de los residuos domiciliarios. Se calcula que en nuestro país hay una demanda de 42 kilos de plástico por persona, por año, una cifra que obliga a pensar alternativas para reducir el impacto que genera en el ambiente este material que, por ser barato, ligero y fácil de producir, se ha multiplicado en todo el mundo. Como ocurre en nuestro país, en el resto del mundo también se recicla solo una pequeña parte de los plásticos que son descartados.

Estudios que se realizaron para conocer cuál es el uso que se le da en el mercado argentino revelan que de la mayoría de los plásticos que circulan, un 45 por ciento, corresponde a embalajes, un 13 por ciento se utiliza en la construcción, un 10 por ciento en la industria eléctrica y electrónica, 8 por ciento la industria automotriz, 4 por ciento el agro, 3 por ciento artículos de uso doméstico, 3 por ciento muebles y decoración 12 por ciento en otros rubros.

En algunos países, las autoridades optan por la prohibición de los plásticos de un solo uso, pero otra alternativa es promover la recuperación, el reciclaje y la economía circular. En el Chaco se ha optado por este último camino y fue así que hoy es una las provincias del país que más material recupera de sus residuos, ya que en solo dos años de proceso de integración de la Red de Economía Circular se han recuperado más de 1.500 toneladas de material. Según informó el gobierno provincial, con las 20 plantas de separación de residuos gestionadas por los municipios, el Chaco está entre las provincias que más aportes realizan a la llamada “Economía Circular” con el material recuperado.

El concepto de economía circular hace referencia al sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los materiales utilizados. A nivel local, entre los residuos recuperados se selecciona cartón, papel, botellas de gaseosas y aguas (conocidos como envases PET), plásticos duros, envases de plástico “soplado”, vidrio, aluminio, tetrabrick y latas, en su mayoría. Como se dijo, la provincia logró recuperar más de 1.500 toneladas de material, lo que representa un valor aproximado de 3.500.000 pesos.

Es de esperar que toda la comunidad chaqueña se sume a las distintas iniciativas que existen para reducir el uso de plásticos ya que se trata de un material que demanda cientos de años para descomponerse. En un reciente informe, la ONU señala entre otras cosas que las prohibiciones de las bolsas de plástico, si son bien planificadas, pueden contrarrestar una de las causas del uso excesivo de plástico. Pero incluso cuando son implementadas en forma efectiva, no son suficientes para reducir la cantidad alarmante de estos desperdicios que se generan todos los días en todo el mundo.

De ahí la importancia de impulsar políticas públicas, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, que promuevan el mencionado modelo circular de diseño y producción de plásticos.

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