La devaluación agita la negociación por las tarifas de gas del verano

La devaluación agita la negociación por las tarifas de gas del verano

Petroleras y distribuidoras negocian el precio del gas para el período octubre-marzo en medio de la depreciación del peso que complica el valor en dólares del fluido

 

Las nubes que ensombrecieron por enésima vez la macroeconomía argentina, en una nueva jornada de corrida cambiaria, ya complican la negociación que emprendieron las empresas productoras y distribuidoras de gas para el abastecimiento entre octubre y marzo próximos, lo que determinará el porcentaje de aumento que debe rondar el 25%. Es que, para cerrar en esa cifra, a mayor tipo de cambio menor deberá ser en dólares el precio del gas comercializado.

 

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Debido al brusco cambio en las condiciones macroeconómicas ocurrido a partir de abril, el sector energético y sus contratos dolarizados crujió. La llegada del nuevo ministro, Javier Iguacel, supuso una adecuación y revisión de los esquemas planteados por su antecesor, Juan José Aranguren, en línea con la necesidad política de acotar los aumentos tarifarios, que minan su capital electoral.

 

 

En concreto, las petroleras y distribuidoras tienen que terminar de definir en estos días las condiciones para el abastecimiento de gas en un escenario incierto: el Gobierno solo les permitirá subir un 25% las tarifas finales a los usuarios en octubre, frente a más de un 75% que hubiera correspondido con el esquema de Aranguren. El precio del gas mayorista se obtiene de multiplicar el valor en dólares por millón de BTU (la unidad de medida británica para el fluido) por el tipo de cambio promedio esperado para el semestre en cuestión. Las últimas proyecciones en el Rofex apuntaban a que éste último valor estuviera en promedio en $ 34,63 entre octubre y marzo de 2019 ($ 32,44 en el inicio del período y $ 36,80 hacia el final).

 

 

Para tener solo un 25% de aumento en la próxima revisión, se debería negociar el gas por debajo de los u$s 3,50 por millón de BTU, con atención al ajuste por inflación que pedirán las distribuidoras. En el semestre en curso, se calculaba un gas a u$s 4,68 por millón de BTU con un tipo de cambio promedio en $ 20,55. El ritmo de devaluación de abril ya inmiscuyó en millonarias deudas a las distribuidoras, que siguen comprando el gas pero no pueden pagarlo, teniendo sus ingresos en pesos y sus costos en dólares.

 

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Las distribuidoras (Metrogas, Gas BAN -Naturgy- y Camuzzi, entre otras) buscan abonar el gas tomado en la Cuenca Neuquina en torno a u$s 3,70 por millón de BTU, al menos un 20% más barato que los u$s 4,68 vigentes ahora y un 30% abajo que los u$s 5,26 planteados originalmente. Se enfrentan en esta batalla con las petroleras (YPF y Pan American Energy, principalmente), que ven claramente recortadas sus ganancias y aducen que algunos proyectos de inversión en Vaca Muerta serían inviables con esos valores.

 

 

Fuentes de YPF explicaron que su objetivo es que la licitación de gas (con su consecuente baja de precio) no sea solo para el verano, sino que incluya un mediano plazo. "El precio promedio podría ser un poco más alto en invierno, pero tranquilamente los proyectos de YPF tendrían rentabilidad con un valor más bajo que el esquema de Aranguren", dicen.

 

 

En una conferencia con inversores, la semana pasada el CEO de la petrolera estatal, Daniel González, dijo: "Siempre que las subastas puedan bajar precios en verano y subirlos en invierno, estaríamos bien". Sin embargo, piensa que para viabilizar proyectos en Vaca Muerta deben tener un gas convergiendo entre u$s 4,50 y u$s 5 por millón de BTU, no menos que eso.

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