Egresó de Ingeniería Química con 9,34 y recibió una medalla de oro

Egresó de Ingeniería Química con 9,34 y recibió una medalla de oro

Lucas Machín Ferrero instó a los jóvenes a animarse a estudiar ingenierías. Una pasión.

¿Ya sabes qué carrera vas a estudiar? Pareciera ser la pregunta que más atemoriza a los jóvenes de entre 17 y 18 años en los últimos años de secundaria. Para algunos, elegir una carrera responde a un interés económico a futuro, para otros, a una pasión.

Para Lucas M. Machín Ferrero fue lo último. Egresado en 2010 del Instituto Nuestra Señora de Luján, Ferrero decidió estudiar ingeniería química. Poco sabía él que, siete años después, se convertiría en el egresado con mayor promedio de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán: 9,34. Esto le valió una medalla de oro y el premio “Ingeniero Roberto A. Herrera”. Respecto de ello, Ferrero comentó: “recibirlo fue algo sumamente gratificante. No lo esperaba. Siempre me dediqué a lo que hago, me gusta dar el 100% en las tareas que realizo y lo hago para sentirme bien no para recibir algo a cambio. Estas cosas dan impulso para seguir avanzando y generar más hechos a futuro”.

“Exacta para todos”

“En el secundario elegí la orientación humanidades porque ahí iban mis amigos. En ese momento tenía otras prioridades y no pensaba en una carrera a futuro. Tuve las materias básicas de mi carrera: química y física, aunque durante muy poco tiempo. No obstante, sirvió para darme cuenta que me gustaban más que las materias humanísticas -contó Ferrero- En el último año visitamos la muestra anual “Exacta para todos” donde, profesores y alumnos, muestran de qué trata cada carrera. Como ya estaba interesado por la química, fui al stand de Ingeniería Química y quedé fascinado con lo que me contaron”.

Miedos

Sin embargo, pareciera que la pasión que impulsó a Ferrero es de unos pocos. Según un informe de Infobae, basado en estudios de la Secretaría de Políticas Universitarias, egresan 8.000 ingenieros, por año, frente a 34.000 graduados de carreras sociales (abogacía y psicología). “Cuando estábamos egresando, había muchos chicos interesados que querían inscribirse en alguna ingeniería, pero desistieron por miedo. Tal vez hay materias del ciclo básico que uno piensa que no son afines a lo que se quiere estudiar, pero hay que entender que son fundamentos y herramientas que uno va a tener que utilizar a futuro. Sé que en el ciclo básico hay muchas asignaturas difíciles de superar, aunque a mí no me pasó. Yo no tenía idea si me iba a ir bien o mal, pero decidí jugármela. Si uno se dedica, persevera y estudia es posible. No hace falta ser una luz para estudiar ingeniería. Me costó muchísimo pero hoy siento que no podría haber sido distinto. Para mí, hay que apostar, decidirse y animarse a estudiar las ingenierías”, afirmó Ferrero.

Docente e investigador

Actualmente, el joven es auxiliar docente de materias del ciclo superior de ingeniería química y también es becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) para estudiar un doctorado en ciencias exactas e ingeniería. “Estoy abocado al 100% en ambas. Si me hubiesen preguntado hace tres años dónde me imaginaba que iba a estar ahora, nunca hubiera dicho como becario del Conicet o docente, y ahora que lo estoy haciendo lo disfruto, me fascina”, relató.

Respecto del cursado, Ferrero comentó: “es factible. A lo mejor es algo más intensivo que otras carreras o a lo que los jóvenes están acostumbrados, pero se puede. Uno puede llevar las materias al día y salir a bailar con amigos o hacer otras actividades normalmente. Además, es muy beneficioso tener docentes que constantemente estén motivando o mostrando la aplicación de lo que se está estudiando. El aprendizaje se vuelve muy rico y didáctico”.

Industria tucumana

Como becario del Conicet, Ferrero forma parte del grupo de investigación “Cyklos”, conformado por investigadores y docentes. Contó que están intentando diseñar biorrefinerías regionales a partir del limón o de la caña de azúcar. “Esto va a dar una mayor robustez a la industria tucumana. La idea es convertir materias primas en bioproductos análogos a los de la industria petroquímica, pero con menor impacto ambiental. Se espera que en el futuro el petróleo sea reducido y se lo reemplace por la biomasa, es una tendencia mundial en marcha”, afirmó.

Finalmente, Ferrero informó que en abril de este año Tucumán será sede del IX pre Congreso Nacional de Estudiantes de Ingeniería Química 2019, que realiza la Asociación Argentina de Estudiantes de Ingeniería Química y que organiza la Asociación Tucumana de Estudiantes de Ingeniería Química.

El congreso tiene como objetivo reunir, al menos, a un representante de cada asociación para tratar temas relacionados con las actividades estudiantiles. A la vez se desarrollan conferencias magistrales, visitas técnicas a distintas industrias y actividades recreativas y turísticas.

Comentá la nota