El domingo hay que volver a votar, esta vez para elegir (ahora sí) los nueve diputados nacionales que irán al Congreso en diciembre. En cada uno de los 8.650 cuartos oscuro habrá boletas de papel para las siete listas que disputarán las bancas. Según los resultados de las Paso, la pelea estará centrada entre Cambiemos y Unión por Córdoba, aunque con ventaja de largada para el primero.

Mientras que el kirchnerismo y el Frente de Izquierda disputarán la novena banca.

A nivel nacional, el Gobierno de Mauricio Macri busca consolidar la buena elección que realizó en agosto y desbancar a Cristina Fernández en la Provincia de Buenos Aires.

En ese marco, Unión por Córdoba enfocó su campaña en intentar despegar la elección cordobesa de la nacional. “Cordobesearla” es la única chance que el peronismo local cree tener para recuperar votos en el interior, que es la apuesta que hace para el domingo.

Cambiemos, en cambio, busca las cinco bancas. Si lo logra será un extraño caso: los primeros cincos postulantes de la lista que encabeza Héctor Baldassi van por la reelección en el Congreso.

El kirchnerismo cordobés, con Pablo Carro como “el candidato de Cristina”, disputará la novena banca; sillón que también quiere el Frente de Izquierda y los Trabajadores.

En este escenario, y con cierta cuota de desánimo y apatía por lo que parece un resultado cantado, el domingo será clave la concurrencia a votar: hay 2.884.414 cordobeses habilitados, y en las elecciones de agosto fue el 70,5 por ciento. A ellos les habla García Elorrio. Y en ellos confían Beto Beltrán y Luciana Echeverría. En cinco días, se cuenta, y eso es lo único que vale.