En un año electoral, la Ciudad busca mostrar avances en materia de seguridad

En un año electoral, la Ciudad busca mostrar avances en materia de seguridad

El vicejefe de gobierno, Diego Santilli, pone en marcha el sistema de reconocimiento facial de prófugos. Lo anunciará el jueves 25 de abril.

 

En medio de la compleja crisis económica del Gobierno, con anuncios que terminan siendo paliativos para alimentar la aspiración reeleccionista de Mauricio Macri, la Casa Rosada tiene poco para mostrar de la gestión, que de transformen en votos.

A principio de año había intentado avanzar en materia de seguridad con medidas más duras como la baja de la edad de imputabilidad o el endurecimiento con los extranjeros que delinquen. Pero el recurso fue útil por poco tiempo.

Una oficial de la Policía de la Ciudad. Foto: Luciano Thieberger.

 

No obstante, el oficialismo insiste y en la Ciudad de Buenos Aires, en plena etapa electoral, avanza en la utilización de la tecnología para presentarle a los porteños un clima de mayor seguridad.

"Todos los indicadores dan a la baja", sostienen desde el área de Seguridad porteño, que desde hace cinco meses comenzó una nueva etapa tras la salida de Martín Ocampo y el traspaso del área a la órbita del vicejefe de gobierno, Diego Santilli. Incluso, trasciende también un cambio en la lógica de la relación entre la conducción civil y la Policía de la Ciudad.

En lo inmediato, la semana próxima -el jueves 25 de abril- anunciarían la implementación del sistema de reconocimiento facial de prófugos. Las casi 8 mil cámaras distribuidas en la Ciudad van a poder aplicar ese software.

En estaciones de subtes, en las estaciones de trenes de Retiro-Constitución-Once, en una esquina de Avenida Corrientes y la 9 de Julio, podrán detectarse si transitan por allí, algunos de los 55 mil prófugos con pedido de captura por parte de la Justicia e impedidos de salir del país.

Cuando la cámara registra el rostro de un prófugo arroja un alerta, la policía de la Ciudad detecta y para a la persona y le pide la huella dactilar en un dispositivo portátil; una vez que coteja que se trata de un prófugo, directamente lo detiene y se comunica con el juez correspondiente para comunicarle que ha apresado al delincuente sobre el cual ese magistrado tenía orden de captura.

Ocurrirá algo similar que con el anillo digital que identifica las patentes de los autos; se trabaja sobre vehículos con pedidos de captura. De hecho .indicaron desde el área de Seguridad- se redujeron el 89% de los secuestros con el anillo digital, porque antes los delincuentes usaban vehículos robados tanto para trasladar al secuestrado entre Capital y Provincia, como para cobrar rescates.

¿Cómo se detenía a los prófugos hasta ahora?

El 23 de febrero de este año, alrededor de las 3 de la madrugada, un patrullero de la Policía de la Ciudad observó a dos hombres en situación sospechosa. Al detenerse, los dos salen corriendo en distinto sentido. Un oficial corre a uno de ellos y una mujer policía, al ver el episodio, taclea al hombre que huía. Peruano, de buena contextura físico, es reducido, pero el oficial lo observó muy agitado, mas allá de la corrida. Llama al primer juez que le pregunta si robó algo, pero como la respuesta es negativa sugiere que lo liberen. Un segundo magistrado prefiere no intervenir porque no es su jurisdicción. Y en un tercer intento, percibiendo el policía algo anormal, un fiscal pide que lo trasladen a la comisaría y lo identifiquen. La agitación respondía a que se trataba de un prófugo desde el 2008, condenado a 10 años de prisión, miembro de una importante banda de secuestradores que había sido desarticulado y, lo que es peor, en abril -este mes- la causa en su contra prescribía y quedaba libre de culpa.

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